Buscando una respuesta a la pregunta de ¿por qué no ha funcionado la reforma agraria en Colombia?, seis conocedores del tema, tanto del ámbito académico como del gremial y el político, se reunirán el 23 de julio para hacer un recorrido por las principales iniciativas dirigidas de ese tipo y que se han convertido en intentos fallidos, total o parcialmente.

El certamen, programado por la Universidad Externado de Colombia, contará con las posiciones divergentes de los exministros Cecilia López y Rudolf Hommes, el exsenador Jorge Enrique Robledo, los líderes agrarios César Jerez y Alejandro Suárez, y Luis Fernando Londoño, presidente de Asocaña.

“Es gente de diversas vertientes del pensamiento; quisimos escuchar  la voz de quienes han estado en la primera línea del combate agrario colombiano y saber por qué no han cristalizado los proyectos y aprender de esas experiencias para  no repetirlas en torno al desarrollo rural del país”, explicó Juan Manuel Ospina, coordinador de la Cátedra de Estudios Agrarios, que adelanta la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad.

En 1936, el gobierno de Alfonso López Pumarejo expidió la famosa Ley 200, que propuso una ruptura con el modelo feudal heredado de la época colonial, basado en la existencia de unos pocos latifundios, improductivos o poco productivos, al tiempo con una masa de campesinos abocados al vasallaje y a la subsistencia precaria, sin la posesión de la tierra. “La tierra para quien la trabaja”, señaló la Ley 200 del 36, sin que hasta el momento se haya logrado el objetivo.

A  partir del hecho de que no solamente se trata de distribuir o redistribuir tierras, sino de ofrecer mecanismos para la productividad y mejoramiento de la vida campesina, se han propuesto modelos variados, cuyos resultados aún están por verse. No de otra manera se explica que el problema agrario sea la médula de las conversaciones de paz que hoy se sostienen en La Habana y el núcleo de reivindicaciones campesinas a lo largo y ancho del país.