La decisión del jefe de gobierno italiano saliente Mario Monti de ofrecerse para seguir gobernando Italia tras las elecciones de febrero generó desconcierto en el país y muchos editorialistas y analistas consideran que su propuesta está cargada de riesgos y ambigüedad.
En un editorial, con el título, "Falta claridad", el influyente diario Il Corriere della Sera resume el clima de incertidumbre que suscita el deseo de Monti de volver a la jefatura de gobierno para completar las reformas iniciadas durante los trece meses que manejó las riendas de Italia a pedido del Parlamento para hacer frente a la mayor crisis económica de la península desde la Segunda Guerra Mundial.
"Mario Monti resulta un candidato no candidato", sostiene el diario al definir la jugada estratégica del economista, de ofrecerse a concurrir indirectamente en los comicios del 24 y 25 de febrero, ya que no puede a aparecer en las listas debido a que es senador vitalicio.
"Yo no tomo partido por nadie. Pero estoy dispuesto a ofrecer mi apoyo, asesoramiento y si me lo piden, a guiar el país si alguna fuerza o varias fuerzas políticas apoyan mi agenda", dijo Monti el domingo en la conferencia de prensa de fin de año, que la misma prensa italiana ha tildado de "confusa".
"Es candidato a su manera, un candidato reticente", reitera por su parte el vicedirector del diario La Repubblica.
El jefe de gobierno saliente reconoció el domingo en una entrevista por televisión que "los riesgos" son grandes sobre todo si debe enfrentar una áspera campaña electoral, en un clima marcado por las impopulares medidas de austeridad que adoptó y que han afectado sobre todo a la clase media.
Para Stefano Folli, editorialista del diario de los empresarios Il Sole 24 Ore, Monti "debe hablar claro a los italianos y precisar si quiere crear un movimiento de moderados con los partidos de centro y convertirse en el De Gaulle italiano", comentó en una charla con la AFP.
"Es un hombre lleno de presunción, se considera la estrella de Italia, la única salida que tiene el país y además quiere dividir para reinar, divide a todos los partidos, a la derecha y a la izquierda", comentó por su parte Valentino Parlato, intelectual de izquierda y fundador del diario Il Manifesto.
"Intenta construir una nueva derecha sin el grotesco Silvio Berlusconi", añadió.
Al programa de Monti, divulgado el domingo por internet, en el que promete aplicar impuestos a los grandes patrimonios y fijar un salario mínimo, han adherido Luca di Montezemolo, presidente de Ferrari, Pierferdinando Casini de la Unión de Centro, Gianfranco Fini, presidente de la Cámara de Diputados y Franco Frattini. ex ministro de Relaciones Exteriorese de Silvio Berlusconi.
"¿Será suficiente?", se interroga el editorialista del diario independiente Il Fatto Quotidiano, al tocar un elemento clave de la reciente historia política italiana: la debilidad del centrismo, que según los sondeos obtendría sólo el 15 al 16% de los votos, escasos para gobernar sin aliados.
Los expertos apuntan a una coalición gobernante encabezada por el Partido Democrático (izquierda y sociademócratas), al que los sondeos otorgan un histórico 35%.
Pero algunos sectores del PD, entre ellos sindicalistas, opuestos a una reforma del código trabajo y que votaron en las primarias para el cargo de primer ministro al líder del PD, Pierluigi Bersani, un ex comunista pragmático, temen aliarse con Monti y promover su modelo "liberal" de país.