Estudió ingeniería ambiental en la Universidad de Los Andes y su pasión por el mundo marino le cambió el rumbo de su vida a Juan Sebastián Mayorga, quien actualmente es investigador de Pristine Seas de National Geographic Society y del Sustainable Fisheries Group de la Universidad de California, Santa Bárbara.
Mayorga se veía inmerso en aquellas aventuras que leía en la revista National Geographic, en donde los humanos interactuaban con animales.
Era apenas un niño y soñaba con navegar los siete mares y bucear rodeado de tiburones. En ese sentido, decidió dedicar su vida y lo aprendido como ingeniero para proteger el mar y ayudar a mejorar la relación entre humanos y el mundo marino.
La mayor preocupación de Mayorga, egresado de Ingeniería Ambiental de la Universidad de los Andes en 2014, es el deterioro de los océanos y la extinción de las especies que allí habitan, ambas causadas en gran medida por la despiadada mano del hombre. “Gran parte de los océanos del mundo está en problemas. La sobrepesca, la pesca ilegal, y la pesca no regulada son unas de causas más importantes”, señala.
Según el especialista en conservación y manejo de recursos marinos de la Universidad de California, Santa Bárbara, “la pesca ilegal representa hasta 30 % de las capturas globales y genera pérdidas de hasta 23 billones de dólares cada año. Además, se han reducido las poblaciones de peces grandes y predadores a menos de 90 % de su estado virgen, y más de un cuarto de las especies de tiburones están el riesgo de extinción”.
Estas son algunas de las razones por las que Juan Mayorga y un equipo de investigadores crearon Global Fishing Watch (GFW), una base de datos para detectar actividad pesquera en el mundo, con alta resolución, y en tiempo real.
“Es una plataforma pública que permite a ciudadanos, gobiernos, ONG, entre otros, indagar y conocer qué pasa en los mares de su país”, explica el experto en oceanografía y biología marina.
Fue una travesía de tres años en la que ingenieros y analistas combinaron información satelital e inteligencia artificial para recopilar información a través de dispositivos, originalmente diseñados para prevenir accidentes en alta mar, que transmiten identidad, posición, velocidad, curso y, de esta manera, detectar el tipo de actividad que ejecuta cada barco.
Todo este trabajo le abrió el camino a Juan para realizar su primera publicación titulada Tracking the Global Footprint of Fisheries en la revista científica Science.
“Nuestro papel introduce Global Fishing Watch a la comunidad científica, documentando los métodos y elucidando su potencial para avanzar nuestro entendimiento de la pesca global”, dice.
Juan tiene 28 años y esa ilusión de protagonizar aquellas historias misteriosas pero a la vez maravillosas sobre el mundo natural se ha cristalizado.
“Nuestra misión es estudiar y documentar los últimos lugares salvajes del océano y trabajar con gobiernos para protegerlos”, agrega.
Actualmente trabaja con el Sustainable Fisheries Group de la Universidad de California, Santa Bárbara, un grupo que combina ecología, economía, y análisis de datos para encontrar soluciones innovadoras a los problemas complejos de las pesquerías globales.
Además, es investigador del proyecto Pristine Seas de National Geographic Society, la iniciativa más importante de National Geographic enfocada en conservación marina, con quienes realiza una expedición científica usando submarinos y cámaras remotas, "para resaltar la magia y la belleza de Malpelo, uno de los lugares más saludables y salvajes del mundo submarino. Es la joya de la corona de los mares colombianos”./