Los síntomas de un ataque al corazón no son siempre exactos y pueden no manifestarse de la misma forma en todas las personas. Sin embargo, hay algunos de ellos que son una alerta temprana de un posible infarto.
En el marco del Día Mundial del Corazón se invita a conocerlos, para actuar a tiempo y salvar la vida.
Gabriel Robledo Kaiser, médico cardiólogo del Centro Cardiológico del Country, señala que el infarto cardiaco es en realidad la muerte de una parte del músculo del corazón, ocasionada por la falta de riego sanguíneo, debido a la obstrucción de una de las arterias coronarias, que son las encargadas de llevar este fluido normalmente al órgano.
En la actualidad, la enfermedad isquémica cardíaca, el accidente cerebro vascular, la diabetes y la enfermedad hipertensiva ocupan los puestos 1°, 3°, 8° y 9° dentro de las diez principales causas de mortalidad en Colombia.
La enfermedad isquémica fue la primera causa de muerte en 2018, (9.964 hombres y 20.728 mujeres). 4 millones de personas sufren de HTA en Colombia 38% de hombres y 62 % de mujeres y corresponde al 25% de todas las causas de muerte.
Robledo Kaiser recomienda ponerle mucha atención a los siguientes síntomas y consultar cuando estos se presenten:
Dolor opresivo: Es un dolor que se percibe como una opresión severa en el pecho, no tanto como una picada o una puñalada, sino más bien, como si sobre el tórax se percibiera un peso descomunal.
Por lo general se presenta en el centro del tórax y no encima del corazón, ni en el lado izquierdo como en ocasiones se piensa, aunque no significa que si aparece en otro lado, no sea un infarto.
En ocasiones se puede extender a otros sitios como el brazo o el hombro izquierdo, incluida la mandíbula del mismo lado, aunque también puede afectar el brazo derecho, el abdomen y el cuello.
Sudoración: El infarto cardiaco lleva al cuerpo a disminuir la irrigación de sangre en todos los órganos y a bajar la tensión arterial de manera importante. En esa condición de estrés hay una excitación del sistema nervioso simpático, que hace que las glándulas sudoríparas actúen de manera exagerada liberando agua. Por lo general, dice Calderón, este sudor es frío.
Percepción de muerte: Cuando se presenta un infarto, los síntomas llevan a que la persona perciba una sensación de que algo grave está pasando en su cuerpo.
Falta de aire para respirar: Los pulmones y el corazón funcionan de la mano y se produce un estrechamiento en las arterias, que bloquean el flujo sanguíneo normal, lo que lleva a que en el sistema respiratorio no llegue la suficiente sangre y literalmente, la persona experimenta que se está ahogando.
Angustia: Ante esa situación y al percibir que el dolor no se alivia con la tos, ni cambiando de posición y con ninguna maniobra, sumado al déficit de irrigación que recibe el cerebro, la persona entra en una condición de desespero, que desafortunadamente empeora la situación.
Mareo y náuseas: La caída de la tensión, sumado a la falta de sangre en el cerebro, produce náuseas, una sensación de mareo y una tendencia a perder el equilibrio y a caer, lo que por lo general obliga a la persona a quedarse quieta, muchas veces a arrodillarse o a sentarse.
Otros síntomas: Aunque las señales descritas arriba son clásicas, puede haber infarto sin dolor o con dolores atípicos en los brazos o en la espalda, lo mismo que con sensación como de gastritis, acidez o problemas digestivos, que fácilmente pueden confundir el diagnóstico. Sin embargo, si se presenta acompañado con alguno de los de arriba, hay que ponerles atención.
¿Qué debe hacer?
En esta situación, señala Robledo, debe procurarse siempre el traslado de manera directa a una institución de alto nivel. Del manejo y la intervención oportuna en los primeros momentos de un infarto, depende la sobrevida de quien presenta un ataque de este tipo”, agrega el especialista.