Hace algunos años mis estudiantes tenían por tarea leer un texto del Fondo de Cultura Económica, denominado Cambiando el Rumbo; en dicho texto se mostraban importantes desarrollos empresariales en temas ambientales, aparentemente exitosos y replicables de manera fácil en empresas de nuestro entorno. Hoy 20 años después, la mayoría de los casos referenciados han terminado en fracasos estruendosos y muy pocos de los esfuerzos realizados continúan vigentes y con posibilidades de sobrevivir.
Posteriormente han hecho carrera algunos conceptos, mejores o peores según la percepción de quien los estudia, entre otros han surgido teorías como; La economía verde, La economía marrón, La economía circular, La economía azul, La eco innovación, y otras varias de menor impacto en los círculos empresariales. El éxito de ellas ha sido aplaudido o cuestionado según el foro en donde se presentan y no ha transcurrido el tiempo suficiente para poder aseverar cuál de ellas es la mejor o cuales son las dificultades de cada una en la aplicación práctica en periodos largos de dichas estrategias.
Básicamente las teorías difieren en el enfoque de las soluciones y no difieren en la búsqueda de aumentar la durabilidad del planeta en términos de su capacidad de albergar la especie humana por un mayor periodo de tiempo, los diferentes ángulos con los que se enfoca la solución pasan por temas tales como; la asimilación del comportamiento de la naturaleza al quehacer humano, la búsqueda de una sostenibilidad integral, el manejo de circuitos cerrados para la producción de cero residuos, la protección de la resiliencia de los ecosistemas y la búsqueda de la minimización del consumo de las materias primas no renovables. Pero en definitiva los seres humanos no estamos aún de acuerdo en el derrotero para sobrevivir en el planeta y entre tanto nos dedicamos a hacer mas cercano el punto de no retorno.
Podríamos comenzar por los acuerdos básicos para conservar nuestros medios de subsistencia, deberíamos de hecho comenzar por interiorizar y comprender nuestra relación con la naturaleza y por propender por trabajar juntos en pro de una solución real a las problemáticas ambientales del planeta; nada sacamos con hacer grandes acuerdos en foros internacionales, para luego tener que modificarlos en otros foros y así sucesivamente, mientras el planeta va perdiendo su capacidad de sostenernos, a pasos agigantados.
Se sigue insistiendo en soluciones holísticas, sin comprender que el tema ambiental no puede ser visto desde un ángulo único, aun cuando se tenga la visión del todo, el tema ambiental es complejo por definición y debería ser visto desde la complejidad; lo anterior permitirá que se desarrollen soluciones integrales que realmente cumplan la función de aumentar la expectativa de vida humana en el planeta, no la de proteger la naturaleza per se.
Surge aquí la necesidad de retomar la Ecosofía, como un modelo integral de pensamiento complejo sobre las ciencias ecológicas; trata la Ecosofía de un análisis conceptual de la verdad sobre el comportamiento de la naturaleza y de su interrelación con el ser humano, es decir invita a la reflexión profunda sobre el deber ser de nuestro comportamiento con el entorno y a la comprensión del papel del ser humano en el plan del universo. Sin embargo el concepto básico de Ecosofía, ha desaparecido de los currículos de los programas ambientales, el negocio de la educación se está preocupando más por las nuevas tecnologías y por los nuevos desarrollos científicos, que por enseñar a reflexionar sobre las consecuencias de la utilización de una u otra tecnología; se ha preocupado más por tratar de solucionar los desastres ambientales que por conocer sus causas y tratar de evitarlos.
Esperamos con ansia el regreso de la Ecosofía a las aulas de clase.
@alvaro080255