Una nueva investigación de King's College de Londres y la Open University ha descubierto por qué la memoria en la vejez es mucho menos flexible que en la edad adulta, según publican sus autores en la revista 'Current Biology'.
Mediante experimentos en ratones, los investigadores descubrieron que había diferencias drásticas en cómo se almacenaban los recuerdos en la vejez, en comparación con la edad adulta. Estas diferencias, a nivel celular, significaron que era mucho más difícil modificar los recuerdos creados en la vejez.
Los recuerdos se almacenan en el cerebro al fortalecer las conexiones entre las células nerviosas, llamadas sinapsis. Recuperar un recuerdo puede alterar estas conexiones, permitiendo que las memorias se actualicen para adaptarse a una nueva situación. Hasta ahora, los investigadores no sabían si este proceso de actualización de memoria estaba afectado por la edad.
Los investigadores entrenaron a ratones adultos y adultos jóvenes en una tarea de memoria, descubriendo que la edad de los animales no afectaba su capacidad general para crear nuevos recuerdos. Sin embargo, al analizar las sinapsis antes y después de la tarea de memoria, los investigadores encontraron diferencias fundamentales entre ratones más viejos y más jóvenes.
Se establecieron nuevos recuerdos a través de un mecanismo completamente diferente en animales más viejos en comparación con los más jóvenes. Además, en ratones más viejos los cambios sinápticos vinculados a nuevos recuerdos fueron mucho más difíciles de modificar que los cambios observados en ratones más jóvenes.
Los procesos biológicos básicos para depositar recuerdos son compartidos por los mamíferos, por lo que es probable que la formación de memoria en humanos siga los mismos procesos descubiertos en ratones.
El investigador principal, el profesor Karl Peter Giese, del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia de King's, señala: "Nuestros resultados dan una idea fundamental de cómo los procesos de memoria cambian con la edad. Descubrimos que, a diferencia de los ratones más jóvenes, los recuerdos en los ratones más viejos no se modificaron cuando se recordaron --añade--. Esta naturaleza 'fija' de los recuerdos formados en la vejez estaba directamente relacionada con la forma alternativa en que se establecieron los recuerdos, que nuestra investigación reveló".
"Hasta ahora se pensaba que las personas mayores deberían ser capaces de formar recuerdos de la misma manera que las personas más jóvenes, por lo que superar los problemas de memoria simplemente implicaría restaurar esta capacidad --prosigue el profesor Giese--. Sin embargo, nuestros resultados sugieren que esto no es cierto, y que existe una diferencia biológica importante en cómo se almacenan los recuerdos en la vejez en comparación con la edad adulta".
Los resultados pueden tener implicaciones para las patologías en las que el recuerdo de la memoria es un problema, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT). El profesor Giese sugiere que se debe tener en cuenta el envejecimiento al tratar a pacientes con TEPT, ya que confrontar y modificar los recuerdos traumáticos es una característica central de algunos tratamientos psicológicos, como la terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma.