Con el objetivo de conservar los afluentes que surten de agua a los municipios de Manaure, La Paz y Agustín Codazzi, la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, implementa acciones del Plan de Manejo de páramos, subparamos y bosques de alta montaña en el área del Parque Regional Natural Serranía del Perijá.
A través de la siembra de 300 mil especies nativas (frailejones) y 120 mil maderables (cedro, arrayan, mora silvestre, mano de oso, aliso, entre otros), cerramiento de áreas encaminadas a la restauración pasiva y activa, capacitaciones y talleres de concientización ambiental, se busca proteger el recurso hídrico y regenerar el suelo que ha sido degradado por la ganadería extensiva y agricultura.
Los Espeletia perejiensis (frailejones) se lograron propagar en viveros que fueron construidos con personal de la misma comunidad.
“En todas las áreas que hemos estado trabajando están vinculadas cerca de 100 familias que se benefician económicamente, además de las bondades ambientales que conlleva el proyecto para la restauración de este ecosistema estratégico tan importante para la región; son más de cuatro mil millones que hoy están siendo invertidos en zonas de páramo de la serranía del Perijá gracias al Fondo Nacional Ambiental- FONAM”, señaló el director general de Corpocesar, Julio Suárez Luna.
Debido a la siembra de frailejones en los puntos donde nace el agua, y el cerramiento de 1.100 hectáreas, los afluentes retomaran su caudal y las especies de fauna y flora silvestre que en otrora existían, regresaran a su hábitat natural.
Los habitantes del sector manifiestan ver a Corpocesar más activa en la recuperación de los ecosistemas en esta zona del departamento, “nosotros ahorita mismo vemos la corporación muy activa, antes no se podía evidenciar la presencia de funcionarios como el director y el subdirector de Corpocesar; hoy vemos el interés de cada una de las personas que hacen parte de la administración, están muy comprometidos con la conservación de uno de los pulmones más importantes del Cesar”, indicó el presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda San Antonio, Diomar Contreras.
Contreras agregó que una de las causas que ha provocado el deterioro del suelo en el páramo de Sabana Rubia, se debe a que hacen más de 50 años se trasladó una persona apellido Navarro, quien introdujo la ganadería y la agricultura, “sembraba grandes extensiones de cultivos de papá, cebollín, repollo, y lechuga, esto ocasionó los daños que hoy día se reflejan en los afluentes que rodean estos municipios”.
“Corpocesar invita a los nuevos gobernantes a evitar la construcción de carreteras dentro de las zonas de páramo, ya que la conectividad de los ecosistemas se pierde; el turismo de naturaleza, debe apreciarse a pie, de esta manera las áreas degradadas podrán restaurarse”, añadió.
“En la serranía del Perijá nacen aproximadamente 30 ríos que desembocan en el río Cesar y en la ciénaga de Zapatosa, con esto quiero decirles que ni en la ciénega de Zapatosa, ni en el río Cesar, nace agua, lo surten toda la cantidad de riachuelos que rodean la serranía ; hoy nos encontramos haciendo el Plan de Manejo y Ordenamiento de una Cuenca- Pomca, del río Chiriaimo y el río Manaure, con el propósito de planificar el uso adecuado de estos afluentes, para compensar la inversión que se está realizando en los nacederos de los afluentes”, anotó Suárez Luna.
Fábricas de agua
Los frailejones son nuestras ‘fabricas’ de agua, pues su función principal es captar la humedad del entorno y almacenar el líquido vital para nutrir las quebradas y ríos que nacen en el páramo y que, en su mayoría, nutren al acueducto de nuestra ciudad para la preparación de alimentos, comidas y aseo, entre otras actividades vitales.
Estas particulares plantas, que pueden llegar a vivir más de 100 años y a crecer entre uno a cuatro centímetros por año, son capaces de almacenar hasta 25 veces su peso en agua. Pero no es el único récord que ostentan los llamados “Monjes del páramo”, pues estos se encuentran dentro de los cinco grupos de plantas que más rápido evolucionan en el mundo. ¿A qué se debe ello?
A partir de los estudios realizados, entre ellos uno de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, se pudo determinar que las especies de frailejones que existen en nuestro país y Venezuela se instalaron en el territorio un poco más de dos millones de años, cuando se dio el clima propicio de páramo, más o menos a mediados de la era geológica del Pleistoceno. Sin embargo, explica el investigador, es interesante ver como cada 100 mil a 200 mil años se da un aumento en la cantidad de especies de frailejones.