100 frailejones fueron sembrados por miembros del Batallón de Alta Montaña No. 10 y funcionarios de la CVC en un área de dos mil metros cuadrados del páramo Barragán-Santa Lucía (corregimiento Barragán, Tuluá), actividad que contó con el apoyo entusiasta del dueño del predio y que es producto de una idea que surgió luego de un ciclo de capacitaciones en el año 2016 para preparar al personal del Ejército frente a la etapa del posconflicto. La primera siembra fue realizada en abril y junio de 2018, con la disposición de 50 frailejones.
Este páramo no ha sido ajeno a la afectación por sistemas productivos que no son sostenibles y las consecuencias de otras actividades humanas. Por ello, la CVC y la Tercera Brigada del Ejército Nacional –al que pertenece el Batallón— han decidido escalar en esta labor de preservación con la adecuación de una infraestructura para construir un vivero que permita la reproducción, germinación y crecimiento del frailejón y de otras especies de alta montaña; no solo se limitará al montaje del espacio, sino al fortalecimiento técnico para la reproducción de las especies que cuente con el monitoreo y acompañamiento de técnicos de la CVC y viveristas.
El plan no se centra exclusivamente en los frailejones, sino en especies vegetales como el sietecueros, encenillo, laurácea, palma de cera, trompeto, entre otras.
“En la parte de restauración ecológica, es importante no solo enfocarse en una especie, sino que necesitamos abarcar todas las áreas y todos los componentes del ecosistema. De acuerdo con el grado de actividad que tenga el ecosistema van incluyéndose diferentes especies, algunas pioneras y algunas de segundo crecimiento, y, asimismo, se deben reproducir en el vivero”, afirmó Adriana Rodríguez Leal, ingeniera forestal de la CVC.
Los frailejones recuperados por miembros del ejército, con el apoyo técnico de la Corporación, fueron afectados por actividades ganaderas, así como por hongos y bacterias. El proceso de preservación requiere adecuar el espacio para la producción endógena, por lo que se requerirá también de la investigación científica, a la par de fortalecer la parte operativa y de documentación.
“En el proceso de germinación de la semilla de frailejón, muchas mueren. La CVC nos va a apoyar y vamos a crear un laboratorio, podríamos decir que científico, en el páramo, algo que va a hacer historia. Esto nos tiene muy animados”, expresó el cabo primero Julio César Cubillos Montaño, gestor ambiental del Batallón.
Vale la pena mencionar que en la experiencia participaron dos representantes de una comunidad indígena de Silvia, Cauca, para realizar un intercambio de experiencias con el fin de replicar en su territorio lo que se está haciendo en Barragán. “Allá tenemos el páramo de Piendamó y el de Las Delicias. Nos comentaron que en el páramo del Sumapaz estaban propagando frailejones y la idea era ir allá, pero encontramos a unos compañeros que nos dijeron que por aquí en Barragán estaban haciendo esa tarea tan importante y decidimos venir acá”, manifestó Freddy Wilson Calambás, indígena del resguardo Guambías.
Finalmente, se ha generado una gran expectativa por la proyección de la siembra a futuro. “El vivero que hay en el batallón permitió, en la fase experimental, comprender que sí podíamos producir a mayor escala. Los recursos que se asignaron el año anterior determinaron la posibilidad de crear una infraestructura y el inicio de un proceso de producción de unas 25 mil plántulas con las cuales podríamos estar recuperando unas 50 hectáreas de páramo, pero la meta es mucho más alta”, explicó Henry Trujillo Avilés, ingeniero forestal de la CVC.