TRES MUJERES, líderes en sus comunidades, han decidido tomar la lucha de frenar el calentamiento global en sus manos. Sus soluciones construyen la paz por medio del uso sostenible y la conservación de la biodiversidad y ayudan a la adaptación al cambio climático. Ellas, a su vez, cuentan con la ayuda del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
En el marco de la reciente Cumbre sobre la Acción Climática, tres mujeres colombianas participaron en el acto “Forest4Peace Colombia”, celebrado en Nueva York donde tuvieron ocasión de presentar los proyectos en los que están trabajando.
Estas mujeres representan la voluntad del cambio, sembrando la paz y la esperanza. Ellas son la cara de la realidad de miles de personas que buscan resolver la crisis del clima construyendo un planeta resiliente y una paz sostenible a nivel mundial.
Estas lideresas viven en las regiones del Meta, el Yarí en Caquetá y Montes de María, que se encuentran entre las regiones más afectadas por un conflicto armado de más de 50 años y que son de gran importancia ambiental dada la biodiversidad que albergan.
Sus soluciones construyen la paz por medio del uso sostenible y conservación de la biodiversidad y ayudan a la adaptación al cambio climático.
Restauración del bosque húmedo
B02sque del Yarí es la iniciativa de Raquel Espinoza. Madre de tres hijos y abuela de un niño de 2 años, asegura que el tiempo es el mayor reto al que se enfrentan: “Estamos a contrarreloj para garantizarle a las futuras generaciones la posibilidad de vivir una vida digna y sostenible.
Los Llanos del Yarí son 300.000 hectáreas de sabanas naturales y selvas húmedas, ubicadas en la zona limítrofe de los departamentos de Caquetá, Guaviare y Meta, en la región de la Amazonía.
Esta planicie verde es atravesada por el río la Tunia, que luego toma el nombre de Mecaya y al final se convierte en el poderoso Apaporis. Los Llanos del Yarí son la puerta de entrada al Parque Nacional Natural Chiribiquete, patrimonio natural de la humanidad.
A través de la Asociación de Mujeres Trabajadoras por el Desarrollo del Yarí, Raquel y sus compañeras restauran el bosque húmedo construyendo corredores ecológicos que interconectan la Amazonía, promoviendo un hábitat saludable a especies de flora y fauna y protegiendo las fuentes hídricas.
Gracias al financiamiento de la Global Environment Facility (GEF), su solución al cambio climático fortalece la comunidad del Yarí y crea condiciones óptimas para las siguientes generaciones.
Recuperar las semillas criollas
En Montes de María, en el caribe colombiano, Carmen Rodríguez, quien ha vivido en esta región por más de 30 años, se levanta todas las mañanas con el empeño de conservar el bosque seco que les da vida.
Hace unos años tuvo que dejar su hogar y sus cultivos por culpa de la violencia y la guerra en Colombia.
Las semillas criollas de su región la acompañaron durante muchos años hasta que pudo volver a los Montes de María, devolviéndole a la tierra sus sabores originales.
Los 17 tipos de frijol, el ñame, el maíz de colores y otros miles de especies se convirtieron en el sustento de las familias en la región.
Con el apoyo del Ministerio de Ambiente, del GEF y la organización Asomudepaz, los campesinos de la región y Carmen Rodríguez, buscan la preservación de los bosques originales y la diversidad, utilizando laboratorios en donde crecen las semillas de forma in vitro.
De esta manera aseguran que las plantas crezcan de manera saludable, garantizando la reproducción del bosque original. Asimismo, Asomudepaz ha llegado con sus productos a los mejores restaurantes de Colombia, inundando el país de los sabores auténticos que Carmen recuerda.
Turismo ecológico
Paraísos Ocultos, una campaña de corredores ecoturísticos es la iniciativa que Jennifer Martínez lidera junto a excombatientes como Alexander Parra y las comunidades en procesos de reincorporación.
Juntos han redescubierto un territorio lleno de riqueza y diversidad biológica. A través de procesos de reconciliación, las comunidades que habitan este territorio apuestan por un futuro sostenible en donde el turismo y el desarrollo sostenible se unen a la preservación del ecosistema.
Esta región, amenazada por la deforestación, encuentra en el ecoturismo comunitario la posibilidad de mejorar la calidad de vida de la comunidad.
Los gobiernos colombiano y noruego, junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo unen esfuerzos con los de las comunidades en proceso de reincorporación para descubrir los paraísos que estuvieron ocultos durante la guerra y que hoy invitan a turistas del mundo a recorrerlos.
Los tres proyectos tomaron el escenario en el Nature´s Climate Hub, dando vida a soluciones relacionadas con los bosques, los suelos, la alimentación, la agricultura, el agua, los ecosistemas marinos, oceánicos y la vida silvestre.
El evento -en el que estuvieron presentes Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible Ricardo Lozano, el Alto Comisionado para la Estabilización y la Consolidación Emilio Archila, y la Representante Residente del PNUD en Colombia, Jessica Faieta- hizo énfasis en el poder que tiene la naturaleza de revertir las devastadoras consecuencias que tiene la crisis climática sobre los más vulnerables.