MUCHAS son las historias e hipótesis incorrectas que existen sobre los daños de los rayos y las tormentas en las instalaciones eléctricas. Francisco Hurtado, jefe de Fidelización de Schneider Electric, explica el tema para que no caiga en soluciones erróneas que pueden poner en peligro sus aparatos eléctricos y hasta su propia vida.
* Se dice que los rayos son los únicos causantes de daños en equipos electrónicos ¡Falso!. Estos representan aproximadamente el 30% de las causas por las cuales existen fallas o destrucción en los equipos electrónicos. El otro 70% son internas como alteraciones de la red por conexión y desconexión de equipos de conmutación, motores y equipos capacitivos, entre otras que pueden generar daños en sobretensiones transitorias.
* Los rayos se pueden atraer o prevenir ¡Falso!. Está comprobado que los pararrayos o alguna otra terminal de captación no puede influir en el comportamiento de los mismos, es decir son una medida pero no una solución. Hay que evaluar la situación de riesgo e implementar medidas de seguridad, como la instalación de dispositivos de protección contra sobretensión transitoria.
*Solo los impactos directos pueden ocasionar daños ¡Falso! Este mito es el resultado de no tener en cuenta un fenómeno invisible: los campos electromagnéticos. Ellos pueden inducir sobretensiones en la red cercana que viajan por las acometidas y pueden llegar hasta los electrodomésticos conectados en nuestro hogar, haciendo que esta energía extra dañe nuestras cargas electrónicas.
*Las descargas atmosféricas son frecuentes en Colombia ¡Verdadero! Nuestro país por estar en una zona tropical presenta uno de los mayores porcentajes de caídas de rayos del planeta, tal y como lo reconoce el mismo RETIE en su artículo 16. Para hacernos una idea, la densidad de rayos en Florida (Estados Unidos), una de las zonas de ese país donde más se presentan, es de 16 rayos/km2 y en Bogotá hay sitios donde se llega a 80 rayos/km2.
En conclusión, es importante comprender la naturaleza de los rayos para tomar las medidas necesarias y adecuadas con el fin de proteger en primer lugar la vida de las personas y, en segundo lugar, la integridad de los equipos electrónicos conectados a las instalaciones eléctricas.