Brasil es uno de los líderes de la lista de 18 países megadiversos del mundo. Alberga entre 15% y 20% de la diversidad biológica del mundo, con 120.000 especies de invertebrados, unos 9.000 vertebrados y más de 4.000 especies de plantas. Esta riqueza conlleva un gran potencial para impulsar el crecimiento económico y la inclusión social, pero también implica una gran responsabilidad.
El uso sostenible de los activos naturales es crucial para las generaciones presentes y futuras de Brasil. Pero para alcanzarlo, es fundamental comprender primero los recursos de la nación mientras se sigue monitoreando la pérdida de biodiversidad y los esfuerzos de conservación.
En Brasil se descubre un promedio de 700 nuevas especies animales cada año. Almacenar toda esa información de manera útil es un desafío enorme, especialmente si se considera el vasto tamaño del país y la variedad de diferentes instituciones involucradas en la investigación de la biodiversidad.
“Cuando la información se distribuye en diferentes instituciones, uno es menos capaz de encontrarla, juzgar la calidad de los datos y entender cómo se puede utilizar. Además, el tiempo necesario para compilar los datos puede hacer que su uso sea ineficiente, por ejemplo, para el diseño de políticas públicas”, explica Andrea Nunes, coordinadora general de biomas del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Comunicaciones de Brasil, y directora nacional del proyecto Sistema de Información sobre la Biodiversidad Brasileña.
Nunes pone el ejemplo del mapa de áreas prioritarias para la conservación, el uso sostenible y la distribución de beneficios de la biodiversidad, una herramienta de política pública que apoya la toma de decisiones en procesos como la creación de áreas protegidas.
“El desarrollo de este mapa puede tardar dos años, por lo que solo se actualiza cada cuatro o cinco años. Es mucho tiempo si pensamos en términos de dinámica del territorio y cambios en el uso del suelo”, dice Nunes.
Pero con el apoyo de ONU Medio Ambiente y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), una iniciativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Comunicaciones de Brasil ha trabajado para cambiar este escenario a través de la herramienta de información más completa de Brasil en materia de biodiversidad.
El Sistema de Información sobre la Biodiversidad Brasileña (SIBBr) actualmente reúne datos e información de más de 230 instituciones, desde universidades hasta centros de investigación, museos, agencias estatales, jardines botánicos y zoológicos. El sistema, operativo desde noviembre de 2014, apunta a apoyar la ciencia, la política pública y la toma de decisiones relacionadas con la conservación ambiental y el uso sostenible de los recursos naturales. Esto lo logra al fomentar y facilitar la digitalización y la publicación en línea, integrando datos e información de acceso abierto sobre la biodiversidad brasileña.
Para los investigadores, el sistema es un activo invaluable. Por ejemplo, un científico que investiga una especie en peligro de extinción, como el lobo de crin o aguará guazú, ahora puede encontrar información completa sobre la especie, y divulgar su propio trabajo a una audiencia más amplia de colegas de todo el mundo.
Otros usos
Pero el SIBBr también tiene otros usos prácticos. Los agricultores pueden usar la plataforma para ayudar a calcular los créditos de compensación ambiental, o para decidir qué especies priorizar en los esfuerzos de restauración, como la flora en peligro de extinción, o las plantas que proporcionan refugio y alimento para las especies silvestres amenazadas en la región. Cualquier usuario puede contribuir al sistema con fotografías, documentación e información sobre biodiversidad a través del programa Ciencia Ciudadana.
“La implementación del sistema es un paso importante hacia la difusión de datos biológicos en el país, tanto para la investigación académica como para la gestión ambiental", dice Denise Hamú, Directora de ONU Medio Ambiente en Brasil. "Estamos convencidos de que el sistema es cada vez más relevante para ampliar el conocimiento sobre la biodiversidad brasileña y la conservación de la naturaleza”, agrega.
El sistema ya tiene más de 15 millones de registros sobre la aparición de especies brasileñas que han sido reportadas por las principales instituciones de investigación brasileñas, como el Instituto Nacional de Investigación de la Amazonía, el Jardín Botánico de Río de Janeiro y el Museo de Zoología de la Universidad de São Paulo, además de información obtenida a través de herbarios en Europa y los Estados Unidos.
Parte de esta información ha apoyado la creación de una herramienta llamada Biodiversidad y Nutrición, que proporciona una base de datos sobre la composición nutricional de las especies nativas de Brasil y recetas con ingredientes relacionados.
En noviembre de 2018, el SIBBr pasó de ser un proyecto del GEF a una base de datos del Gobierno de Brasil, por lo que ahora es la referencia oficial del informe nacional brasileño al Convenio sobre la Diversidad Biológica y de la medición del avance hacia la Meta 11 de Aichi para la Diversidad Biológica.
El sistema también sirve como nodo nacional del Fondo de Información de Biodiversidad Mundial (Global Biodiversity Information Facility), una red internacional e infraestructura de investigación que proporciona acceso gratuito y abierto a datos de biodiversidad de más de 1.300 instituciones en todo el mundo. Cuando publican sus datos en el SIBBr, los investigadores también deciden si quieren hacer disponibles sus hallazgos dentro de la red global.
En los próximos meses, el sistema continuará expandiendo su base de datos, completando la migración a una nueva plataforma, mejorando la forma en que usa los datos y fortaleciendo la nueva gobernanza establecida por ley el año pasado./ONU-José Sabino