La primera sonda israelí con destino a la Luna, y la primera desarrollada por una organización privada, está a punto de llegar a destino este jueves por la noche, lo que convierte a Israel en el cuarto país que logra un alunizaje.
Denominada Bereshit (Génesis, en hebreo), esta sonda que se parece a una inmensa araña de cinco patas, y con sus 585 kilos, es un orgullo para Israel, que espera convertirse en el cuarto país en lograr un alunizaje después de Estados Unidos, Rusia y China.
Como una primicia mundial, la sonda fue realizada por una organización privada, SpaceIL, que trabajó asociada con la empresa aeroespacial israelí Aerospace Industries (IAI), una de las más grandes empresas de defensa israelíes.
El aparato fue lanzado el 22 de febrero desde la base estadounidense de Cabo Cañaveral en Florida, con un cohete Falcon 9 de la firma estadounidense SpaceX, fundada por el empresario Elon Musk.
Para Israel, el alunizaje es la misión principal, aunque un instrumento científico fue enviado para medir el minúsculo campo magnético lunar, cuyo origen es diferente al del campo terrestre.
"Un gran paso para Israel"
Una cápsula en la sonda contiene también discos digitales con dibujos de niños, canciones e imágenes de símbolos israelíes, recuerdos de un sobreviviente del Holocausto y una Biblia.
"Es un gran paso para Israel, y es un gran paso para la tecnología israelí", declaró el Primer ministro israelí Benjamin Netanyahu durante el lanzamiento, parodiando las palabras de Neil Armstrong, primer humano caminar sobre la Luna.
"Los verdaderos combustibles de este aparato, son la audacia y el genio israelíes", afirmó, y pese al pequeño tamaño de Israel, país de poco más de ocho millones de habitantes, "somos gigantes", afirmó.
En el proyecto participan otros socios internacionales: SpaceIL se comunica con la sonda gracias a las antenas de una empresa sueca, la Swedish Space Corporation.
La Agencia espacial estadounidense, la Nasa, puso a disposición su Deep Space Network para enviar a Tierra datos recogidos por Bereshit e instaló un retro-reflector láser en la sonda para probar su utilización para la navegación espacial.
El proyecto comenzó en el marco del Google Lunar XPrize que, en 2010, quería recompensar con 30 millones de dólares al primer aparato privado que alunizara antes de marzo de 2018.
Ningún candidato lo hizo a tiempo, pero el equipo israelí continuó el proceso y compró un lugar en el cohete SpaceX.
Vuelve el interés por la Luna
Previsto inicialmente en 10 millones de dólares, el costo fue finalmente de 100 millones, pero "es el aparato menos caro" con el que se intenta este tipo de misión, insistió el grupo IAI.
El empresario y filántropo Morris Kahn financió el desarrollo del robot.
Cerca de 50 años después de los primeros pasos del hombre en la Luna, este satélite distante de la Tierra en promedio a 384.000 km, suscita de nuevo interés.
China hizo alunizar en enero un robot en la cara oculta de la Luna.
India espera convertirse en esta primavera en el quinto país en posarse con su misión Chandrayaan-2, que incluye un alunizador y un robot móvil.
Japón prevé el envío hacia 2020-2021 de un pequeño alunizador denominado SLIM, para estudiar una zona volcánica.
Los estadounidenses son por ahora los únicos que han caminado en la Luna: doce astronautas tocaron la superficie en seis misiones realizadas entre 1969 y 1972. El regreso a la Luna es ahora la política oficial de la Nasa, según directivas del presidente Donald Trump en 2017.
El sector espacial está en pleno boom en Estados Unidos y podría cooperar con la Nasa para enviar alunizadores desde el fin de este año, aunque con mayor probabilidad en 2020.
La Nasa también lanzó el proyecto de una estación orbital lunar, paso previo al inicio de las misiones tripuladas a la Luna, ahora previstas para 2024.
La Luna es percibida como una etapa intermedia con miras al envío de humanos a Marte, a partir de 2030.