¿Sabías que la población de gorilas de montaña se ha duplicado en los últimos 30 años gracias a la protección de sus hábitats por parte de los guardaparques?
“Hay muchos ángulos desde los que podemos ver el importante trabajo de los guardaparques. Los gorilas de montaña son un ejemplo fantástico: ni un solo gorila de montaña ha sido asesinado en los últimos 10 años”, dice Johannes Refisch, coordinador de ONU Medio Ambiente en la Alianza para la Supervivencia de los Grandes Simios.
En noviembre de 2018, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza declaró que el gorila de montaña ya no está “en peligro crítico”. Su estatus fue reclasificado a la categoría “en peligro” debido a los esfuerzos de conservación.
“No debemos olvidar el importante trabajo de los guardaparques en los ‘parques de conflicto’ en la República Democrática del Congo: Garama, Virunga, Maiko y Kahuzi-Biega”, dice Refisch. “Solo en Virungahan muerto 200 guardabosques en 20 años”.
“Los guardabosques también contribuyen a la construcción de la paz ambiental”, señala Refisch. “Hay una serie de ejemplos en África donde el manejo comunitario de los recursos naturales, combinado con la protección efectiva por parte de los guardas forestales, ha reducido el conflicto entre los humanos y la vida silvestre. El trabajo del Northern Rangeland Trust en Kenia es un muy buen ejemplo”.
Las comunidades están en la primera línea de los esfuerzos de conservación y necesitan ocupar un lugar central en la economía de la vida silvestre. Este punto se destacó en la reciente Cumbre sobre Economía de la Vida Silvestre del continente africano, en Zimbabue.
“El comercio ilegal de vida silvestre beneficia a unos pocos, pero perjudica a muchos”, dice Doreen Robinson, jefa de Vida Silvestre de ONU Medio Ambiente.
“La evidencia es clara: cuando las comunidades y los guardaparques trabajan unidos, con el apoyo de los gobiernos y las organizaciones internacionales, podemos proteger la vida silvestre y garantizar que quienes pagan el costo de convivir con los animales puedan obtener los mayores beneficios”, añade Robinson.
En algunos lugares, los guardaparques están obteniendo mejores equipos. La tecnología moderna les permite detectar actividades de caza furtiva por la noche o transmitir actividades sospechosas a una sala de control en tiempo real, para que puedan tomarse medidas de forma rápida.
Mientras tanto, los gobiernos africanos están intensificando sus actividades contra la caza furtiva y recientemente se han apuntado varios éxitos en el campo de la conservación.
Por ejemplo, el Gobierno de Kenia está reservando 300 hectáreas para la conservación del bongo de montaña, una especie de antílope en peligro crítico de extinción. El Servicio de Vida Silvestre de Kenia y sus socios tomarán medidas para la creación de zonas de protección intensiva atendidas por una fuerza de seguridad permanente que participe en patrullas diarias, actividades de lucha contra la caza furtiva y la eliminación de trampas.
Para gestionar la actividad humana en torno a los hábitats del bongo, el Servicio de Vida Silvestre de Kenia, el Servicio Forestal de Kenia y sus socios trabajarán con las asociaciones forestales comunitarias y las comunidades anfitrionas para frenar las actividades ilegales y mejorar las prácticas sostenibles, de acuerdo con Mount Kenya Wildlife Conservancy.
En Tanzania, las poblaciones de elefantes y rinocerontes aumentaron después de la represión de la caza furtiva. En Uganda, una nueva ley de vida silvestre prescribe fuertes multas e importantes penas de prisión por actividades ilegales, a la vez que fortalece los roles de la comunidad para apoyar y beneficiarse del manejo de la vida silvestre./ONU Medio Ambiente