La creación de robots asesinos no es un tema nuevo: de hecho, por muchos años diversos países han estudiado la mejor manera para desarrollarlos. Por otro lado, es un tópico que no a muchos les gusta y es muy mal visto por analistas, quienes alertan de un inminente peligro en caso de que se vuelva algo común.
Precisamente, la Convención de las Naciones Unidas sobre Ciertas Armas Convencionales (CCA) se realizó esta semana en Ginebra, a fin de discutir si prohibir o no las armas gestionadas por inteligencia artificial. Algunos países no se mostraron contentos con el proyecto y bloquearon por ahora las negociaciones para que se ejecute.
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Robots asesinos: ¿Una próxima realidad?
Según se reporta desde el diario británico Independent, Estados Unidos, Rusia, Corea del Sur, Israel y Australia paralizaron el posible trato a fin de prohibir el uso de robots asesinos, a diferencia de al menos 26 delegados de países que apoyaron la medida.
La mayoría de Estados proponía crear un nuevo tratado para prevenir el desarrollo y el uso de estas armas que pueden actuar sin supervisión humana, las cuales van desde tanques hasta aviones y barcos. No obstante, la resolución no fue acordada y los países se comprometieron a explorar otras "opciones".
Los Gobiernos también deben acordar una definición compartida sobre qué es un sistema de armas autónomas letales, argumento usado por quienes buscan continuar su trabajo en las mismas para prevenir futuras limitaciones.
La investigadora de Inteligencia Artificial y Derechos Humanos de la ONU, Rasha Abdul-Rahim, manifestó que los robots asesinos "ya no son cosa de ciencia ficción".
"Desde los drones dirigidos por inteligencia artificial hasta las armas automáticas que pueden elegir su propio objetivo, los avances tecnológicos en armamento ganan terreno rápidamente al derecho internacional".
Asimismo, añadió que el mundo se desliza "hacia un futuro en el que los seres humanos podrían verse eliminados de la toma de decisiones con el uso de la fuerza".
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Actualmente, estas máquinas no están reguladas de ninguna forma, por lo que algunos expertos como Elon Musk, Steve Wozniak o el fallecido profesor Stephen Hawking aseguran que "permitir que las decisiones de vida o muerte sean tomadas libremente por máquinas, cruza una línea moral fundamental".