¿Es de los que aprieta o rechina los dientes? Vea los riesgos | El Nuevo Siglo
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Lunes, 17 de Febrero de 2020

En muchas ocasiones, las personas solo se percatan que tienen bruxismo hasta que sus compañeros de habitación les manifiestan que están apretando y rechinando sus dientes mientras duermen, o cuando consultan al médico por dolor en la musculatura facial, la cual es una causa frecuente de consulta.

Según la Doctora Adriana Sabogal, especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial adscrita a Colsanitas, “aunque el bruxismo no es una patología o un trastorno en sí mismo, este hábito de apretar, frotar y rechinar los dientes superiores con los inferiores repetitiva e inconscientemente durante el sueño o cuando se está despierto, genera preocupación por el riesgo de lesiones dentales permanentes y el dolor e hipertrofia de los músculos”.

Las causas del bruxismo son multifactoriales en las que intervienen aspectos sicológicos, psicosociales y físicos. El bruxismo puede presentarse en pacientes con problemas neurológicos, o que tengan una lesión cerebral o un trastorno degenerativo del movimiento como el Parkinson. También puede aparecer en personas que tienen trastornos del sueño, historial de abuso de drogas, o como un efecto secundario del suministro de un determinado medicamento, especialmente psiquiátrico.

Por causas morfológicas, el bruxismo puede deberse a problemas de maloclusión dental y alteraciones de la anatomía mandibular. Apretar y rechinar los dientes es un hábito más frecuente en las personas que tienen expectativa ansiosa, dificultad para manejar la frustración o cuando enfrentan episodios de estrés crónico. La tensión emocional que genera esas situaciones a su vez puede aumentar la tensión muscular.

Riesgo de daños permanentes del bruxismo

1. Los casos leves de bruxismo pueden no producir molestias y no requerir tratamiento, pero en casos severos tiene profundas manifestaciones a nivel intraoral y facial.

2. Los dientes pueden desgastarse, aplanarse, fracturarse y reducir su tamaño significativamente.

3. Todo esto lleva a que se pierdan los tejidos dentarios y aumente la sensibilidad, desencadenando dolor e incomodidad por el frío o al masticar determinados alimentos. Incluso, la frotación constante puede dañar restauraciones dentales a las que se haya sometido el paciente en anteriores ocasiones.

4. La actividad muscular exagerada derivada de rechinar los dientes los puede aflojar y a la vez debilitar las encías y el hueso, que son estructuras de soporte de los dientes. Entretanto, en la mucosa de la mejilla se puede presentar algunas lesiones pequeñas similares a una mordida.

5. Por el bruxismo nocturno, la persona puede despertar en la mañana con dolor cervico craneal y mandibular, y sentir un dolor similar al de oído. Cuando es tan intensa la actividad muscular se pueden inflamar su cara y cuello.