Si está en medio del tráfico de la ciudad, con el ruido de los carros pitando por todas partes y de repente escucha un pitido en su oído y luego el silencio, seguramente ha sido sorprendido por la sordera súbita o hipoacusia sensorial súbita.
Por pérdida de audición se entiende una pérdida de audición superior a 40 decibeles en el oído con mejor audición en los adultos y superior a 30 decibeles, en el caso de los niños.
Por lo regular, esta pérdida se produce de forma rápida e inexplicable y puede suceder de forma instantánea o en el transcurso de algunos días, frecuentemente solo afecta a uno de los oídos y ocurre porque algo dejó de funcionar en los órganos sensoriales del oído interno.
“Los casos bilaterales o de los dos oídos son muy esporádicos. Puede ocurrir cuando existe un tema sindrómico genético, en donde a cierta edad se puede manifestar la hipoacusia”, comenta Jonathan Bareño, fonoaudiólogo de MED-EL.
¿Cómo darse cuenta de ello? Fácil: ningún sonido lo alerta, ve la necesidad de subirle demasiado al volumen del televisor o radio e incluso, olor acompañado de supuración y sangrado. Ante alguno de estos síntomas, hay que correr a hacerse una audiometría o logoaudiometría.
La sordera súbita se cataloga de esta manera debido a que es de más de 30 decibeles y aparece en menos de 72 horas muchas veces en pacientes que no habían presentado problemas en su audición. Una hipoacusia en este nivel de volumen equivaldría a escuchar una conversación normal como si fuera un susurro, con base en la información NIDCD. Aquí algunas de las razones principales y que representan cerca de 10% de los diagnósticos: trauma en la cabeza, enfermedades autoinmunitarias, exposición a medicamentos, hipertensión, problemas de circulación de la sangre e incluso, estrés.
“La hipoacusia súbita se presenta en ambientes con mucha exposición al ruido, mucho estrés (genera compresión de los vasos sanguíneos que dan nutrientes a una parte del oído) o por ejemplo, enfermedades bacterianas. Debe ser tratadas en las siguientes 24 horas a la pérdida para aminorar las consecuencias”, comenta Bareño.
Dos de las posibles soluciones para quienes presentan hipoacusia neurosensorial súbita son el implante de oído medio, donde se estimulan las estructuras del oído medio y así se pueda proporcionar una percepción del sonido en las altas frecuencias en los casos de que la hipoacusia sea de leve a severa.