Los bancos de hábitat, como mecanismos de inversión ambiental que le permiten al sector privado, público y academia generar articulaciones para lograr resultados en materia de conservación ambiental, fue el tema central en un conversatorio desarrollado por la Escuela de Ciencias de la Universidad EAFIT y Terrasos.
Los mismos consisten en áreas de restauración y conservación ambiental, en donde se hacen siembras y monitoreo de biodiversidad, pero tienen un elemento importante y es que es una estrategia que funciona bajo el principio de pago por resultados. Nadie le paga a quienes administran el banco, en la medida en que no se logren los objetivos en materia de conservación.
Rodrigo Suárez Castaño, director de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), afirmó que la metodología de los bancos de hábitat es un instrumento que el Ministerio de Ambiente le ha dado la viabilidad por medio de la Resolución 1051 de 2017.
“Se generarán procesos de gestión y apropiación del conocimiento sobre los ecosistemas de este banco”, afirmó Mauricio Perfetti, vicerrector de Descubrimiento y Creación de EAFIT.
“Esto representa una innovación importante en el cuidado ambiental. Adicionalmente, acelera las metas de cumplimiento en conservación del departamento y en particular del bosque seco tropical, que es uno de los ecosistemas más amenazados en el país”, señaló Mariana Sarmiento, gerente de Terrasos, organización que estructuró el Banco de Hábitat en Antioquia, en el marco de su lanzamiento en la Universidad EAFIT, institución de educación superior que se articulará a esta estrategia, por medio del monitoreo de la biodiversidad.
Ubicado en los municipios de Titiribí y Armenia, este banco en el territorio antioqueño busca conservar 473,76 hectáreas de bosques y restaurar 173,41 hectáreas de Bosque Seco Tropical y apalancar 6.2 millones de dólares para la conservación durante 30 años. Además, protegerá a 99 especies de plantas y animales que están en algún grado de amenaza y será fuente de empleo para unas 100 familias de la región.
ISA Intercolombia y la Concesión Pacífico 2 han apoyado este proceso apostando a asegurar que sus inversiones obligatorias contribuyan al desarrollo rural sostenible y al bienestar de las poblaciones. El Banco Interamericano de Desarrollo a través del BID LAB es su principal inversionista.
No menos del 1%
Asimismo, este mecanismo contribuye a fomentar la inversión forzosa de no menos del 1%, que es un instrumento mediante el cual se impone a todos los proyectos que toman agua de fuentes naturales, la obligación de invertir no menos del 1% del costo total del proyecto en actividades de preservación y conservación de los recursos hídricos.
En la actualidad existen cerca de 742 proyectos en el país que tienen esta obligación y mecanismos como el banco ayudan a que se desarrollen en los territorios acciones de preservación, conservación, recuperación y vigilancia de ecosistemas transformados.
Igualmente, la ANLA lanzo el portal que integra la estrategia de diálogo para apoyar la priorización de áreas y acciones para la implementación de las actividades provenientes de las obligaciones sobre las inversiones en 1% y hacer seguimiento a estos procesos en el link http://www.anla.gov.co/Institucional/Estrategia-1-y-compensaciones
“El objetivo es que las acciones de inversión y compensación redunden en beneficios locales, tanto para el mejoramiento de la biodiversidad, como de la recuperación de cuencas”, afirmó el Director General de la ANLA.
Ana María Castaño, subdirectora de ecosistemas de Corantioquia, manifestó que una de las necesidades que se habían detectado era encontrar mecanismos para generar acciones agregadas en el tema de conservación y lograr una interlocución para la simplificación de estos procesos.
Por eso, de acuerdo con la funcionaria de la Dirección de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Johana Ruíz, el mecanismo de los bancos de hábitat contribuyen a canalizar las inversiones privadas hacia el cumplimiento de unos objetivos, que le permiten al sector público evitar reprocesos.
Según, Ana María Gómez, directora ambiental y predial de ISA Intercolombia este mecanismo permitirá compensaciones articuladas que se mantengan en el tiempo y que sean efectivas.
Tania Solvey Chacin Jaimes, directora de Riesgos y Sostenibilidad en Opain S.A. Concesionario Aeropuerto Internacional El Dorado, proyecto en el que participa Odinsa, el mecanismo de los bancos de hábitat les facilita a las empresas avanzar en los temas técnicos para el cumplimiento con las licencias ambientales y, en el caso de los proyectos aeroportuarios, que se pueda tener un equilibrio entre este tipo de desarrollos y el cuidado ambiental. “Podemos ser rentables, pero no a costa del medio ambiente”.
De esta manera, el Banco de Hábitat en Antioquia se constituye en el segundo en el país y en Latinoamérica y les permitirá a las organizaciones privadas de la región cumplir con el requerimiento en licencias ambientales en un menor tiempo, con menos recursos y bajo estándares de confiabilidad técnica, para lograr ver frutos sostenibles en proyectos de reforestación en el que se beneficiarán los ecosistemas y las comunidades