Compactación del suelo, pérdida de cobertura vegetal por la construcción o ampliación de senderos, alejamiento de la fauna, domesticación de especies y contaminación del agua y del aire son algunos de los impactos identificados por la actividad turística en zonas de conservación.
La pérdida de cobertura vegetal se puede dar por la construcción o ampliación de senderos; la contaminación del agua se genera por materia orgánica, heces fecales y residuos, y la del aire por el transporte hasta las zonas de ingreso, las fogatas, el consumo de tabaco y el uso de aerosoles.
Por otra parte, en las zonas que circundan los parques se generan cambios importantes en las actividades económicas de los municipios: se acelera la expansión urbana, hay desplazamiento de comunidades indígenas, aumenta la población flotante, cambia la oferta de bienes y servicios locales, aumenta la propagación de enfermedades infecciosas, se alteran las tradiciones locales y bajan los incentivos para actividades como la producción agrícola.
Estos impactos forman parte de los 205 encontrados por la actividad turística en zonas de conservación en los parques, según un estudio adelantado por el profesor Liven Fernando Martínez Bernal, del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la Universidad Nacional (UNAL).
El trabajo se adelantó en el marco de un convenio de cooperación establecido en 2015 entre la UNAL y la Universidad de Las Palmas en Gran Canaria (España) –de donde el profesor Martínez es doctor en Turismo, Economía y Gestión– para el intercambio, la formación y la investigación en turismo de profesores y estudiantes.
El docente investigó sobre el impacto ambiental del ecoturismo en áreas protegidas de Colombia como los parques El Cocuy, Los Nevados, Chingaza y el Santuario de Flora y Fauna de Iguaque, en los que se fomentan actividades como senderismo, escalada en roca y en nieve, avistamiento de aves y pesca deportiva, entre otras.
Según Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNN), entre 1995 y 2018 el ingreso de visitantes atraídos por la práctica del ecoturismo ha crecido anualmente en un 8 %, con un ingreso mínimo de 353.794 visitantes para 1999 y uno máximo de 1.831.192 en 2018, este año se registraron 54.095 visitas al Parque Los Nevados, 24.831 a Chingaza, 14.125 a El Cocuy y 7.822 al Santuario de Flora y Fauna de Iguaque.
Impactos en aumento
“Los impactos van a ser cada vez mayores, pues se estima que el crecimiento turístico aumentará, y dado que los ecosistemas analizados son muy sensibles, no resisten una actividad turística masiva, por lo cual es necesario crear estrategias para prevenir y mitigar impactos negativos y planificar la actividad turística”, advierte el investigador.
Agrega que, en temporadas altas como las segunda y tercera semanas de diciembre y la segunda de enero, estos ecosistemas albergan fácilmente entre 5.000 y 6.000 personas.
“En Colombia no existe una restricción sobre en número de personas que pueden llegar a los municipios cercanos a los parques, de ahí que varias de las problemáticas se relacionan con el uso de agua potable, el manejo de residuos, las basuras, el tráfico, el ruido, la atención de emergencias, el aumento de los precios locales de los bienes y servicios y pérdida de calidad de vida”, puntualiza el académico.
En tal sentido, considera importante que la población local se empodere en ejecutar proyectos productivos y empresas alrededor de la actividad turística de manera que las ganancias se queden en los municipios.
Entre las herramientas para analizar estos impactos, el investigador realizó encuestas simultáneas a los visitantes de los cuatro parques en la Semana Santa de 2017, así: 104 en El Cocuy, 106 en Los Nevados, 107 en Iguaque y 90 en Chingaza.
Los resultados mostraron que los visitantes son personas de ingresos medios-altos, quienes en su mayoría acuden a los parques con el propósito de disfrutar del paisaje, realizar actividades deportivas y tomar fotografías; su permanencia varía entre 1,38 días en Chingaza, 3,5 en El Cocuy, 2,65 en Los Nevados y 2,7 en el Santuario de Iguaque.
“El Acuerdo de Paz ha potencializado el turismo en Colombia y durante los últimos años se han registrado los mayores crecimientos de viajeros en la historia al país (10,4 %). En 2018, la contribución del turismo al producto interno bruto de Colombia fue de un 3,8 % mientras que el crecimiento económico fue de 2,7 %” puntualiza el investigador, para quien el ecoturismo se debe hacer de manera controlada.