Extender la vida útil de las lavadoras, teléfonos, computadoras y aspiradoras un año, equivale a retirar 2 millones de coches de las carreteras por un año
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La duración de la vida útil de un 'smartphone' debería ser de mínimo 25 años, frente a los tres de media actuales, para compensar su impacto en el medio ambiente, y de 20 años para los ordenadores 'notebooks'.
Un informe de la European Environmental Bureau (EEB), la organización de ciudadanos para proteger el medio ambiente más grande de Europa, ha desvelado que la fabricación de nuevos 'smartphones' es lo que causa un mayor impacto medioambiental en Europa, con respecto a otros productos eléctricos como las lavadoras, las aspiradoras y los 'notebooks'.
A pesar de ello, en el informe afirman que si se extendiera la vida útil de cada uno de estos cuatro productos electrónicos solo un año, se reduciría lo equivalente a la retirada de 2 millones de coches de las carreteras durante un año, es decir, 4 toneladas métricas de dióxido de carbono (Mt CO2); si se extendiera tres años más, se ahorrarían 4,3 Mt CO2, y se si hiciera por cinco años, serían 5,5 Mt CO2.
Así, la fabricación, distribución y eliminación de 'smartphones' equivale a un 72 por ciento del total del impacto que los dispositivos electrónicos provocan en el medio ambiente. Sin embargo, esto se podría evitar si la duración de su vida útil se extendiera más allá de los tres años, que es su vida actual media.
Aún mejorando la tasa de eficiencia del 'smartphone' en un 5 por ciento, para que estos no supusieran un impacto en el medio ambiente, tendrían que durar entre 25 y 232 años, lo que requeriría "un cambio significante en cómo los teléfonos son diseñados y puestos en el mercado", afirman en el informe.
Hay que considerar del mismo modo, que a menudos el consumo acelerado de los nuevos modelos de celulares, en la mayoría de casos por moda, provoca que estos sean reemplazados muchos antes.
Todo esto da lugar a una vida útil de los 'smartphones' más corta. Además, declaran que su fabricación, transporte y fases del final de su vida también consumen energía y otros recursos, que contribuyen al calentamiento global. Así, estas denominadas 'fases de no uso' de los 'smartphones' suponen entre el 51 y 92 por ciento de impacto en el calentamiento global.
El aumento de capacidad de procesamiento aumenta el consumo de energía, por lo que desde el estudio concluyen que, desde el punto de vista medioambiental, "nunca tiene sentido reemplazar un 'smartphone'". De hecho, aseguran que en ese caso supondría crear "calentamiento global adicional tanto en su fase de uso como de no uso".
VIDA DE 20 AÑOS PARA LOS NOTEBOOKS
Por otra parte, el informe ha desvelado que la mayor tasa de impacto en el calentamiento global que tienen los ordenadores 'notebook' proviene de sus fases de no uso, debido a la producción intensa de energía y recursos de sus componentes integrados.
La fabricación, distribución y eliminación de este tipo de productos supone el 52 por ciento del impacto total en el medio ambiente que tienen los notebooks, en sus cuatro años y medio de media de vida útil. En el informe declaran que si la vida se extendiera un año, se ahorrarían 1,6 Mt CO2 al año para 2030, lo que equivaldría a la retirada de 870.000 coches de las carreteras.
Al igual también que con los dispositivos móviles desde el punto de vista medioambiental, en el informe aseguran que "nunca tiene sentido reemplazar un notebook". Además, refuerza esta idea el hecho de que como también van hacia mayores capacidades de procesamiento, esto consume una mayor energía que crear un calentamiento global adicional en sus fases tanto de uso como de no uso.
Si se consiguiera una mejora en la eficiencia anual del 5 por ciento para los nuevos notebooks, aun así estos tendrían que tener una vida útil de entre 20 y 44 años para que no causaran impacto en el medio ambiente.
Por otra parte, desde la EEB aseguran que la política pública debería "urgentemente" centrarse en promover la fabricación de 'smartphones' y notebooks "reparables y actualizables que puedan en particular adaptarse a los cambios en el 'software'".
IMPACTO MEDIOAMBIENTAL DE LAVADORAS Y ASPIRADORAS
Por otra parte, el informe también analiza el impacto medioambiental que tienen las lavadoras y las aspiradoras, cuya vida útil debería ser de mínimo 17 y 11 años, respectivamente, cumpliéndose una mejora de eficiencia energética del 5 por ciento anual. Esto frente a los 11 años y medio y 6 años y medio respectivos que tienen de media.
Para compensar las emisiones de gas invernadero de su producción, distribución y retirada, las lavadoras debería durar entre 25 y 40 años, mientras que las aspiradoras deberían hacerlo entre 18 y 48 años.
En el caso de las lavadoras, de media, el 25 por ciento del impacto medioambiental que provocan proviene de su fase de no uso, un porcentaje mayor que el de las aspiradoras que es del 21 por ciento. Así, el estudio afirma que tanto en el caso de las lavadoras como en el de las aspiradoras tiene sentido, desde un punto de vista del calentamiento global, extender su vida útil.
A pesar de todo ello, el estudio revela que el 77 por ciento de ciudadanos europeos prefiere reparar sus dispositivos antes que comprar nuevos, pero que se acaban viendo obligados a reemplazarlos o desecharlos porque no les compensa el coste de la reparación y el nivel de servicio que se ofrece.
Esto conlleva a que los productos tengan vidas más cortas y que por lo tanto se incremente su impacto en el medio ambiente, que se traduce en un consumo de recursos, creación de contaminación adicional y que no es lo que los consumidores desean.
Las causas de la disminución de la vida de un producto son, entre otras, según un estudio de Prakash, "la robustez electrónica y mecánica deficiente", "las razones inducidas de software", "el alto coste de reparación", y las "tendencias y deseo de nuevas funcionalidades".