Da Vinci se ha convertido en protagonista de procedimientos de cardiología, ginecología, urología, oncología y hasta de gastroenterología por su rapidez, precisión y ergonomía
La creación de un corazón impreso con tejido humano en 3D por científicos israelíes encabeza la lista de hechos indispensables para la medicina gracias a las nuevas tecnologías. Así como las cirugías robóticas en Colombia, que de la mano de Da Vinci llegaron para reducir el riesgo en cada procedimiento.
Se trata de Da Vinci, un robot cirujano que practica diferentes tipos de intervenciones guiadas por un médico especialista. Desde cáncer de próstata, garganta, cervicouterino, de útero y hasta de estómago operan estos grandes de la medicina, los cuales solo cinco de ellos actualmente están en funcionamiento en Colombia.
Pero los créditos no se los lleva solo el robot, detrás de este personaje de la medicina hay un especialista que hace que cada movimiento sea el más adecuado, es por ello que “Si el cirujano es un pintor tipo Da Vinci y hace las pinceladas perfectas sus resultados son los mejores”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el urólogo Cesar Andrade, pionero en laparoscopias y director del Centro de Cirugía Robótica de la Clínica Los Nogales en Bogotá.
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A pesar de ser usado para múltiples áreas de la medicina, Da Vinci es reconocido por su efectividad en la realización de la prostatectomía para eliminar el cáncer de próstata, una patología que según el Instituto Nacional de Cancerología es una de las causas más comunes de muerte en hombres mayores de 75 años.
En el caso de Luis Fernando Vélez, un arquitecto de 60 años, escuchó rumores familiares sobre la cirugía robótica, así fue como se enteró de una nueva forma para erradicar su enfermedad sin riesgo alguno, lo que le permitió caminar normalmente el mismo día de haberse practicado la cirugía.
“Fue muy positiva la experiencia, pues no es una intervención invasiva, sino que es realmente pequeña, son cinco incisiones que me quedaron. Adicionalmente a esto, no es dolorosa, tanto que como a los dos días por decisión mía suspendí los analgésicos y el primer día ya me podía parar, caminar normalmente”, le comentó Luis a este Diario.
Más de 20 años de historia
Aunque en el país el concepto de las cirugías robóticas suene novedoso, a nivel internacional ha tenido un amplio recorrido por científicos de distintos lugares del mundo que emprendió en Estados Unidos cuando tres compañías americanas decidieron crear un método de operación mínimamente invasivo para aquellos que estaban en guerra y fue hasta 1995 que el primer Da Vinci nació.
El robot fue propagándose por distintos países del mundo por su gran capacidad de magnificar hasta 10 veces el tamaño de las estructuras humanas. “Cuando se sentaron con el robot para ellos era como manejar una Atari con una vaina de tercera dimensión”, cuenta Andrade.
Da Vinci llegó a Chile, Venezuela, México, quien pasó de tener dos robots a 15, Brasil con 40 y por último Colombia que por el momento tiene cinco ejemplares, repartidos en la Clínica Marly, la Clínica Shaio, la Fundación Santafé, el Instituto Nacional de Cancerología y la Clínica los Nogales. Para el cirujano Andrade el robot “desde el 2000 al 2015 se propagó como en una guerra, como si fuera una bomba atómica”.
Mitos y verdades
Alrededor de los robots existe un escepticismo a que estas novedades sean incluidas no solo en la medicina, sino en diferentes procesos industriales. Algunos piensan que van acabar con las relaciones familiares o amorosas y hay quienes afirman que la tecnología va a reemplazar las funciones humanas.
Lo cierto es que Da Vinci no pretende reemplazar al cirujano, ya que, desde una silla, unos lentes y una pantalla inmersos en una estructura imponente, el especialista podrá guiar cada procedimiento que ejecute el robot, pero con una ventaja: sin temblores o algún error que ponga en riesgo la vida de los pacientes.
Para Andrade tanto el paciente como el cirujano se benefician con Davinci: “Nosotros los cirujanos vamos envejeciendo con los años, vamos viendo menos, nos vamos volviendo viejitos, temblamos más y nos cansamos más. Estos equipos de alta tecnología permiten que el proceso del cirujano se prolongue un poco más porque se cansa menos, se fatiga menos y se opera más”
Así es como este robot no solo permite que la recuperación sea tres veces más rápida que con una cirugía abierta, sino que también “cuando operamos a alguien de cáncer de próstata buscamos tres cosas importantes: curarlo o controlar la enfermedad, dejarlos con continencia, que no queden orinando continuamente y dejarlos potentes porque cuando se saca la próstata y se lesionan los nervios del paciente queda impotente o queda incontinente” afirmó el especialista.
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Beneficios y sin errores
Otra de las ventajas de estas cirugías es que simplifica al máximo los errores con una memoria que caracteriza al robot, la cual funciona guardando todos los movimientos no acertados que han hecho anteriores profesionales para que cada vez perfeccione la técnica. Además de tener un punto de seguridad en los visores que hace que se detenga la máquina si el cirujano retira su rostro de la consola de mando.
Además de ser una buena opción para la salud, las cirugías robóticas tienen un costo elevado, pues en Estados Unidos una laparoscopia con Da Vinci puede costar de 100 millones de pesos en adelante. Sin embargo, en Colombia es más económica ya que está cotizada entre 20 y 30 millones de pesos, razón por la cual una gran población extranjera viaja a Colombia para practicarse este tipo de procedimientos.
Es un hecho que la tecnología está en constante evolución, por eso Andrade está más que convencido que en un futuro cercano el precio no será un problema, ya que al igual que la industria de los celulares “van a llegar los robots de 300 mil pesos, van a llegar los robots chinos, van a llegar tecnologías y en medicina la tecnología corre a pasos gigantes”.
Da Vinci se ha convertido en protagonista de procedimientos de cardiología, ginecología, urología, oncología y hasta de gastroenterología por su rapidez, precisión y ergonomía
La creación de un corazón impreso con tejido humano en 3D por científicos israelíes encabeza la lista de hechos indispensables para la medicina gracias a las nuevas tecnologías. Así como las cirugías robóticas en Colombia, que de la mano de Da Vinci llegaron para reducir el riesgo en cada procedimiento.
Se trata de Da Vinci, un robot cirujano que practica diferentes tipos de intervenciones guiadas por un médico especialista. Desde cáncer de próstata, garganta, cervicouterino, de útero y hasta de estómago operan estos grandes de la medicina, los cuales solo cinco de ellos actualmente están en funcionamiento en Colombia.
Pero los créditos no se los lleva solo el robot, detrás de este personaje de la medicina hay un especialista que hace que cada movimiento sea el más adecuado, es por ello que “Si el cirujano es un pintor tipo Da Vinci y hace las pinceladas perfectas sus resultados son los mejores”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el urólogo Cesar Andrade, pionero en laparoscopias y director del Centro de Cirugía Robótica de la Clínica Los Nogales en Bogotá.
A pesar de ser usado para múltiples áreas de la medicina, Da Vinci es reconocido por su efectividad en la realización de la prostatectomía para eliminar el cáncer de próstata, una patología que según el Instituto Nacional de Cancerología es una de las causas más comunes de muerte en hombres mayores de 75 años.
En el caso de Luis Fernando Vélez, un arquitecto de 60 años, escuchó rumores familiares sobre la cirugía robótica, así fue como se enteró de una nueva forma para erradicar su enfermedad sin riesgo alguno, lo que le permitió caminar normalmente el mismo día de haberse practicado la cirugía.
“Fue muy positiva la experiencia, pues no es una intervención invasiva, sino que es realmente pequeña, son cinco incisiones que me quedaron. Adicionalmente a esto, no es dolorosa, tanto que como a los dos días por decisión mía suspendí los analgésicos y el primer día ya me podía parar, caminar normalmente”, le comentó Luis a este Diario.
Más de 20 años de historia
Aunque en el país el concepto de las cirugías robóticas suene novedoso, a nivel internacional ha tenido un amplio recorrido por científicos de distintos lugares del mundo que emprendió en Estados Unidos cuando tres compañías americanas decidieron crear un método de operación mínimamente invasivo para aquellos que estaban en guerra y fue hasta 1995 que el primer Da Vinci nació.
El robot fue propagándose por distintos países del mundo por su gran capacidad de magnificar hasta 10 veces el tamaño de las estructuras humanas. “Cuando se sentaron con el robot para ellos era como manejar una Atari con una vaina de tercera dimensión”, cuenta Andrade.
Da Vinci llegó a Chile, Venezuela, México, quien pasó de tener dos robots a 15, Brasil con 40 y por último Colombia que por el momento tiene cinco ejemplares, repartidos en la Clínica Marly, la Clínica Shaio, la Fundación Santafé, el Instituto Nacional de Cancerología y la Clínica los Nogales. Para el cirujano Andrade el robot “desde el 2000 al 2015 se propagó como en una guerra, como si fuera una bomba atómica”.
Mitos y verdades
Alrededor de los robots existe un escepticismo a que estas novedades sean incluidas no solo en la medicina, sino en diferentes procesos industriales. Algunos piensan que van acabar con las relaciones familiares o amorosas y hay quienes afirman que la tecnología va a reemplazar las funciones humanas.
Lo cierto es que Da Vinci no pretende reemplazar al cirujano, ya que, desde una silla, unos lentes y una pantalla inmersos en una estructura imponente, el especialista podrá guiar cada procedimiento que ejecute el robot, pero con una ventaja: sin temblores o algún error que ponga en riesgo la vida de los pacientes.
Para Andrade tanto el paciente como el cirujano se benefician con Davinci: “Nosotros los cirujanos vamos envejeciendo con los años, vamos viendo menos, nos vamos volviendo viejitos, temblamos más y nos cansamos más. Estos equipos de alta tecnología permiten que el proceso del cirujano se prolongue un poco más porque se cansa menos, se fatiga menos y se opera más”
Así es como este robot no solo permite que la recuperación sea tres veces más rápida que con una cirugía abierta, sino que también “cuando operamos a alguien de cáncer de próstata buscamos tres cosas importantes: curarlo o controlar la enfermedad, dejarlos con continencia, que no queden orinando continuamente y dejarlos potentes porque cuando se saca la próstata y se lesionan los nervios del paciente queda impotente o queda incontinente” afirmó el especialista.
Beneficios y sin errores
Otra de las ventajas de estas cirugías es que simplifica al máximo los errores con una memoria que caracteriza al robot, la cual funciona guardando todos los movimientos no acertados que han hecho anteriores profesionales para que cada vez perfeccione la técnica. Además de tener un punto de seguridad en los visores que hace que se detenga la máquina si el cirujano retira su rostro de la consola de mando.
Además de ser una buena opción para la salud, las cirugías robóticas tienen un costo elevado, pues en Estados Unidos una laparoscopia con Da Vinci puede costar de 100 millones de pesos en adelante. Sin embargo, en Colombia es más económica ya que está cotizada entre 20 y 30 millones de pesos, razón por la cual una gran población extranjera viaja a Colombia para practicarse este tipo de procedimientos.
Es un hecho que la tecnología está en constante evolución, por eso Andrade está más que convencido que en un futuro cercano el precio no será un problema, ya que al igual que la industria de los celulares “van a llegar los robots de 300 mil pesos, van a llegar los robots chinos, van a llegar tecnologías y en medicina la tecnología corre a pasos gigantes”.