La ansiedad, la sobre carga laboral, las preocupaciones y el exceso del nerviosismo, son algunos de los factores que se han convertido en causantes del Bruxismo, el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, una condición perjudicial para la salud de quien la padece.
El Bruxismo es el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, sin propósito funcional, como la trituración de los alimentos, sino a causa de que los músculos de la masticación están hiperactivos.
Según la Dra Luz Marina Díaz “los pacientes no perciben la presión de los dientes debido a que se genera de manera inconsciente e involuntaria, solo cuando es muy fuerte aparece tensión en la musculatura facial, dolor en los dientes, en la cara o los oídos y si la presión dental se prolonga en el tiempo puede generar dolor de cabeza, cuello y hombros”.
Esta sintomatología, conlleva varios problemas dentales, dentro de los que se encuentran el desgaste de los dientes y fracturación de las piezas dentales “Es importante tener cuidado con todas estas causas ya que esto no solo daña los dientes, sino que puede causar fuertes dolores de mandíbula, la recomendación es aprender a llevar la ansiedad, y a controlar las emociones, pues esto puede funcionar de forma preventiva”, indica la especialista.
Para este tipo de afecciones, existe un tratamiento que consiste en disminuir los síntomas y molestias del paciente y así evitar daños más graves. Para esto es importante consultar al odontólogo y determinar las causas del bruxismo y poder adaptar placas miorelajantes para proteger la articulación.
En caso de que el malestar este avanzado y se genere hipertrofia de músculos maseteros y afectación de la articulación temporizador mandibular se puede aplicar toxina botulínica, la cual disminuye la sintomatología del bruxismo y ayuda a mejorar algunos aspectos estéticos de esa zona y la funcionalidad de la articulación.