Es claro que la minería es una de las actividades humanas que tiene mayor incidencia en la calidad del entorno, en la calidad de vida y en la salud de las personas que habitan en las zonas cercanas a los lugares en donde se realiza; por este motivo desde el año 2013 se viene desarrollando un proyecto conocido como biominería, a través de dos prestigiosos centros de investigación. Aseguran los investigadores que, si bien es cierto que algunas actividades mineras no pueden ser fácilmente reemplazables, esta alternativa puede ser tomada en cuenta cada vez más porque la idea es utilizar microorganismos en los diferentes aspectos de la explotación de los minerales.
Desde otro punto de vista, las empresas mineras argumentan que los estudios de riesgo ambiental y la aplicación de métodos preventivos o remediadores de las emisiones, desechos y residuos, encarecen notoriamente las operaciones, hasta el punto de hacerlas inviables en muchos casos; esto hace que la posibilidad de desarrollar procesos de biominería tenga un importante futuro.
El término biominería se empezó a usar en referencia a uno de los metales cuyo uso intensivo por la humanidad lleva más de 4000 años: el cobre, que tiene múltiples aplicaciones, como la de conductor eléctrico; este metal, debido a su uso intensivo durante tantos años, pocas veces se encuentra en la naturaleza bajo forma metálica; se lo localiza formando parte de diferentes minerales como en aquellos a los cuales está asociado al azufre (sulfuros). Tradicionalmente la explotación de este tipo de minerales se realiza a través de la pirometalurgia donde el mineral es tostado a altas temperaturas y posteriormente reducido al metal; el método descrito no solo es inviable económicamente para minerales con bajo contenido en metal, sino que es altamente contaminante, ya que libera enormes cantidades de dióxido de azufre que es uno de los gases involucrados en la llamada lluvia ácida.
Desde hace cerca de medio siglo se han venido usando metodologías que funcionan a bajas temperaturas y con soluciones acuosas capaces de extraer el metal de los minerales; a esto se llama lixiviar y es notoriamente mejor desde el punto de vista ambiental y desde el punto de vista de la responsabilidad ambiental. Sin embargo, se ha descubierto que el aislar microorganismos cuya presencia se muestra esencial para que el proceso de recuperación de cobre es eficaz.
La manera como operan las bacterias, consiste básicamente en transformar sulfuros, que no se solubilizan en medios acuosos, en sulfatos que se disuelven fácilmente en dichos medios; la capacidad de la bacteria para crecer en presencia de ácidos y de altísimas concentraciones de metales sumado a que no necesita fuentes orgánicas para procurarse carbono y que crece a temperaturas moderadas, la hace ideal para los procesos de recuperación de metales a partir de minerales. Con el desarrollo de las nuevas técnicas de la biología molecular, se ha comprobado que existen varias decenas de otras bacterias asociadas al proceso en el cual interviene la biominería.
Pero este proceso no es solo útil para el cobre, también es posible recuperar otros metales como cobalto, níquel, cinc, e inclusive oro, entre muchos otros. De todos modos, la más importante aplicación comercial de la biominería es la biooxidación.; esta consiste en la utilización de óxidos para la separación de los metales y es aplicable a minerales refractarios de oro en los cuales éste se encuentra incluido dentro de una matriz mineral de sulfuros lo cual dificulta su posterior recuperación.
En Colombia estamos en mora de investigar al respecto a profundidad y aplicar técnicas que nos permitan cuidar nuestro ambiente y aprovechar nuestros recursos.
@alvaro080255