Lo que contamina el sistema de transporte aéreo es igual a la de un país de tamaño mediano y desarrollado como Alemania. Este es el panorama
En momentos en que los llamados a boicotear los aviones se tornan más comunes, en particular en las redes sociales, el transporte aéreo busca acomodarse a la urgencia climática a pesar de una demanda sin precedentes.
¿Cuál es el impacto ambiental del transporte aéreo?
Los aviones representan alrededor del 2% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2), de acuerdo con la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
No obstante, este 2% es el equivalente a las emisiones de un país como Alemania, destacó un estudio de la consultora Sia Partners.
En 2018, 4.300 millones de pasajeros fueron transportados en todo el mundo, según la OACI, y se espera que este número se duplique en los próximos 15 o 20 años.
Un informe publicado en enero por tres organizaciones europeas señaló que en 2016 la aviación representó el 3,6% de las emisiones de gases de efecto invernadero de los Estados europeos.
¿Y los otros medios de transporte?
Los transportes representan más de una cuarta parte de la totalidad de las emisiones de gases de efecto invernadero, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
Los transportes terrestres son responsables del 72%, la aviación del 13,3% y el transporte marítimo del 13,6%. Según la misma fuente, los trenes representan una parte ínfima de las emisiones.
Sin embargo, las emisiones de los aviones representan 285 gramos de CO2 por pasajero y kilómetro, contra solo 158 gramos para el transporte terrestre y 14 gramos para los trenes.
¿Es posible un cambio a otros medios de transporte?
"En los vuelos de largo recorrido es difícil", dijo Philippe Berland, uno de los expertos de Sia Partners en transportes aéreos.
"El avión está muy ligado al desarrollo de la actividad económica. Comparado a otros medios de transporte, ofrece la rapidez para llegar de un punto a otro", comentó.
¿Qué medidas se pueden adoptar para reducir las emisiones?
La OACI, una agencia de la ONU, adoptó en 2016 un mecanismo mundial de compensación de emisiones de CO2 llamado CORSIA, con el que se propone estabilizar las emisiones a partir de 2020.
Desde 2021, las emisiones de CO2 que superen el nivel de 2020 serán compensadas con la adquisición de "créditos de reducción de emisiones de CO2".
Además, a partir de 2013, las empresas aéreas europeas participan en el Sistema de Intercambio de Cuotas de Emisión de gases de efecto invernadero, adoptado por la Unión Europea para todos los vuelos domésticos o dentro del espacio europeo.
¿Qué pistas concretas para contaminar menos?
Las nuevas generaciones de aviones representan avances en la eficiencia energética de entre 15% y 25% en función de progresos en los motores, la aerodinámica y la utilización de materiales más leves.
De acuerdo con expertos de la OACI, las aeronaves modernas son 80% más eficaces en términos de consumo de combustible que los primeros aviones a reacción de la década de 1960.
Las pruebas con biocombustibles ya han comenzado. Pero su producción tiene todavía un costo elevado y a gran escala se vería limitada porque las áreas cultivables se necesitan para cultivar alimentos.
El control aéreo puede igualmente contribuir a una reducción de las necesidades de queroseno con una optimización de la trayectoria de los aviones y una mejor regulación para limitar los tiempos de espera en tierra o las vueltas en el aire en caso de congestión en aeropuertos.
A más largo plazo, los expertos apuestan por una electrificación de la propulsión de los motores en torno a 2040 para que los aviones sean más limpios.