Alcaldes, gobernadores, legisladores y empresarios de todo el planeta se reúnen desde ayer en San Francisco para la primera Cumbre Mundial de Acción Climática, que pretende inspirar a los dirigentes mundiales a acelerar la lucha contra los gases de efecto invernadero en el marco del acuerdo de París.
París, Bonn, Pekín, El Cabo, México, Tokio, ciudades indias, de múltiples regiones de varios continentes así como de ciudades y Estados estadounidenses gobernados por demócratas están representados a diversos niveles durante los tres días de la cumbre, junto a directores de multinacionales deseosos de anunciar nuevos compromisos "verdes": pasar a la electricidad propia, desarrollar vehículos eléctricos, mejorar el aislamiento de edificios, alentar el reciclaje y limitar la deforestación.
El encuentro, que comenzó en momentos en que el huracán Florence amenaza la costa este del país, pretende demostrar cómo las ciudades y las regiones modelos pueden subsanar -parcialmente- el vacío dejado por las naciones Estado.
El caso de EU
Para Estados Unidos, segundo emisor de gases de efecto invernadero después de China, el objetivo fijado por Barack Obama, antes de que Donald Trump decidiera retirarse del acuerdo de París, no será alcanzado, confirmó un informe muy esperado y publicado ayer en San Francisco.
Las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efectos invernadero en Estados Unidos deberían haberse reducido un 17% en 2025 con respecto a 2005, muy por debajo del 26% de reducción al que se había comprometido Obama, según el estudio publicado por la coalición de ciudades, Estados y empresas denominadas America's Pledge (la promesa de Estados Unidos), presidida por el millonario Michael Bloomberg y el gobernador de California Jerry Brown.
Pero los miles de delegados reunidos en San Francisco ven el vaso medio lleno ante la negación de Trump sobre el cambio climático.
"Las empresas, los Estados y responsables locales han tomado el liderazgo", se congratula Lou Leonard, de la ONG de protección del ambiente WWF. Aunque, "en definitiva, hará falta que el nivel federal compense el retardo".
La vitrina californiana
El mundo continúa emitiendo hacia la atmósfera demasiados gases de efecto invernadero para limitar en 2°C el aumento promedio de la temperatura del planeta con respecto al período preindustrial, que es el objetivo del Acuerdo de París.
La Tierra ya es más cálida en alrededor de 1°C y, a ese ritmo, el aumento llegará a +3,2°C en 2100.
Estados Unidos y la Unión Europea redujeron por cierto sus emisiones, pero no lo bastante rápido. China emite más y más, así como Asia en general que aún emplea mayormente las energías fósiles.
Esos países deben revisar el alza de sus compromisos en 2020, una de las etapas previstas en el acuerdo de París. Pero las negociaciones parecen estar estancadas.
"Si no cambiamos la orientación de aquí a 2020, nos arriesgamos (...) a consecuencias desastrosas", dijo el lunes en un discurso alarmista el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
La cumbre es recibida por el gobernador de California Jerry Brown y copresidida por varias personalidades, entre ellas Michael Bloomberg, el negociador chino para el clima Kie Zhenzua y Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático.
Brown y sus predecesores han hecho de California una vitrina de lo que puede hacer un Estado federal en Estados Unidos. Acaba de firmar una ley para el 100% de la electricidad californiana sea de origen renovable en 2045, siendo el segundo Estado en hacerlo después del pequeño Hawái.
"Espero que Francia y Alemania aumenten también sus ambiciones debido a que todos debemos de hacer más", dijo Brown a la AFP.
A nivel del planeta, las emisiones de carbono continúan aumentando. Pero se espera un giro de ello para la próxima década.