EN ÉPOCA de cuarentena y coronavirus, ninguno de los métodos de prevención para evitar la enfermedad es mínimo. La asepsia, el protocolo del estornudo, pero sobre todo el distanciamiento social han sido los principales aliados de la población para protegerse. Así mismo, la alimentación se ha convertido en la armadura ideal para mantener al sistema inmunológico en sus niveles más altos para poder combatir la enfermedad en caso de adquirirla.
Usualmente, el sistema digestivo es asociado a un procesador de los alimentos que a diario son ingeridos. Sin embargo, para conmemorar esta Semana Mundial de la Digestión, el Dr. Alvaro Montenegro, gerente médico de la unidad CHC de Sanofi para Colombia y Perú, recuerda otros roles sorprendentes y positivos que desempeña este sistema.
La digestión y las emociones
El papel de la digestión en las emociones es más importante de lo que se considera. El intestino y su población bacteriana, la conexión del cerebro con el estómago y el hígado, que a su vez son órganos que tienen como trabajo mucho más que desintegrar los alimentos.
- El cerebro y su conexión directa: este órgano tiene un efecto directo sobre el estómago y los intestinos, cuya conexión se realiza en ambos sentidos. Un intestino con problemas puede enviar señales al cerebro, del mismo modo que un cerebro con problemas puede enviar señales al intestino. Por lo tanto, el malestar estomacal o intestinal de una persona puede ser la causa o el producto de la ansiedad, el estrés o la depresión.
- El hígado generador de bienestar: en sus más de 500 funciones vitales en el cuerpo, es quien procesa y almacena los nutrientes de los alimentos que energizan todo el cuerpo, produce proteínas, procesa medicamentos y desempeña un papel vital en la función inmune, además, trabaja 24/7 para la “desintoxicación” natural, incluidos los alimentos grasos y el alcohol.
- El intestino y el estado de ánimo: la mayor parte de la serotonina del cuerpo (95%), un importante neurotransmisor que influye en el estado de ánimo, no se produce en la cabeza sino en el intestino delgado. Un bajo nivel de serotonina puede contribuir a generar afecciones de salud mental. Así mismo, la población bacteriana que vive en el intestino, es el hogar del 70% de nuestro sistema inmunológico, y lo estimula para responder más rápidamente a los patógenos que ingresan al cuerpo y lo atacan.
Las alertas del sistema digestivo
De esta manera, queda claro que una de las funciones adicionales del sistema digestivo permite generar signos de alarma que demuestran que los niveles de estrés y ansiedad están pasándole factura al cuerpo. La acidez estomacal, los calambres abdominales o las heces sueltas podrían ser la forma en que el organismo indica que estos factores externos están teniendo un impacto en su sistema digestivo.