Con un Planeta Tierra cada vez más consciente de la apremiante necesidad de proteger el medio ambiente, un informe publicado ayer por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), fue claro y contundente frente a una meta que los gobiernos deben cumplir si no quieren impactos climáticos destructivos y de alto alcance: se deberán reducir las emisiones en un 7,6% anualmente durante la próxima década (2020-2030), para lograr el objetivo de 1.5°C.
No obstante, el informe sobre la Brecha de Emisiones indica que incluso si se implementan todos los compromisos no condicionados del Acuerdo de París, las temperaturas aumentarán 3.2°C a fines de siglo, y por eso los compromisos en materia de reducción de emisiones se deben quintuplicar.
Eso quiere decir que, aún con los compromisos actuales vigentes que se han derivado de la inmensa movilización ambientalista y concientización frente al tema, la temperatura seguirá aumentando gradualmente.
“Nuestro fracaso colectivo para actuar a tiempo y de forma contundente contra el cambio climático significa que ahora debemos realizar reducciones más drásticas de las emisiones: más de 7% cada año durante la próxima década”, enfatizó y clarificó la directora ejecutiva de la UNEP, Inger Andersen.
Voluntades políticas
Una de las cosas que siempre se han destacado y ha llamado la atención de los ambientalistas, es que tanto las tecnologías como las políticas requeridas para reducir las emisiones ya existen ¿Por qué no se aplican de inmediato si el tiempo apremia?
“En los últimos 10 años el Informe sobre la Brecha de Emisiones ha hecho sonar las alarmas. Y en esos 10 años el mundo solo ha aumentado sus emisiones”, declaró ayer el secretario general de la ONU, António Guterres. “Nunca ha habido un momento más importante para escuchar a la ciencia. Si no prestamos atención a estas advertencias y no tomamos medidas drásticas para revertir las emisiones, continuaremos presenciando olas de calor, tormentas y contaminación mortales y catastróficas”, añadió.
La décima edición del informe de UNEP alimentará el debate de la 25ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), que comenzará el próximo 2 de diciembre en Madrid, España. Y el año entrante, en la que será la vigésimo quinta versión de la Convención (COP26) que se llevará cabo en Glasgow, Reino Unido, la ONU espera que las naciones fortalezcan la ambición de sus compromisos climáticos.
Aumento en la temperatura
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) advirtió que un calentamiento global superior a 1,5 °C a fines de siglo aumentará la frecuencia e intensidad de los impactos del cambio climático.
“Esto muestra que los países simplemente no pueden esperar hasta finales de 2020, cuando entren en vigor los nuevos compromisos climáticos, para intensificar la acción. Los gobiernos nacionales y cada ciudad, región, empresa e individuo deben actuar ahora”, añadió Andersen.
Por esa razón, de acuerdo con la Directora Ejecutiva, durante el 2020 se necesitarán medidas efectivas para reducir las emisiones en la mayor medida posible. Posteriormente se deberán fortalecer las contribuciones determinadas a nivel nacional para impulsar las transformaciones necesarias en cada una de las economías y sociedades, “para así recuperar el tiempo perdido. Si no hacemos esto, la meta de 1,5° C estará fuera de nuestro alcance antes de 2030”, alertó.
Las naciones del G20 son responsables de 78% de todas las emisiones globales, pero sólo cinco de estos países se han comprometido con un objetivo de cero emisiones a largo plazo, indica el reporte.
A corto plazo, los países desarrollados tendrán que reducir sus emisiones más rápido que los países en desarrollo, por razones de equidad. Sin embargo, todos los países deberán contribuir más por el bien colectivo. Los países en desarrollo pueden aprender de los esfuerzos exitosos en los países desarrollados, e incluso pueden superarlos y adoptar tecnologías más limpias a un ritmo más rápido.
Las naciones del G20
Resaltando que actualmente sólo cinco miembros del G20 se han comprometido con un cronograma para lograr la neutralidad de emisiones, el informe publicado ayer indica que el año entrante todas las naciones deben aumentar sustancialmente la ambición en sus reducciones, así como en dar seguimiento a las políticas y estrategias para implementarlas.
¿Por qué? Porque efectivamente hay soluciones disponibles para hacer posible el cumplimiento de los objetivos acordados en París, pero no se están implementando a la velocidad requerida ni a una escala suficiente.
Cada año, el Informe sobre la Brecha de Emisiones evalúa la disparidad entre las emisiones previstas para el 2030 de acuerdo con los compromisos actuales y los niveles consistentes con los objetivos de 1,5 °C y 2 °C, establecidos en el Acuerdo de París.
A ese respecto, el reporte revela que las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado 1,5% anual durante la última década. En 2018, alcanzaron un récord de 55,3 gigatoneladas de CO2, equivalente a la deforestación.
De acuerdo con este informe aún es posible limitar el cambio climático a 1,5 °C porque, de acuerdo con la entidad las soluciones son abundantes, y de ahí que se resaltaran los muchos esfuerzos ambiciosos de gobiernos, ciudades, empresas e inversores, además de la creciente comprensión sobre los beneficios adicionales de la acción climática, como el aire limpio y el impulso a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Finalmente y como se hace cada año, este informe se centró en el potencial de sectores seleccionados para lograr recortes de las emisiones, y en analizar cómo la transición energética y el potencial de eficiencia en el uso de materiales, pueden contribuir a cerrar la brecha de las emisiones a nivel mundial.