¿A qué niño, adolescente e incluso, padre de familia no le gusta sumergirse en el mar o en una buena piscina cuando las tareas y las obligaciones escolares ´salen a vacaciones´? Lo cierto es que el contacto prolongado con el agua es la mayor causante de la otitis en esta temporada porque los productos utilizados para el mantenimiento, como el cloro, resultan irritantes para la piel, y provocan micro erosiones que dejan pasar a las bacterias.
El 60% de las causas de la pérdida de audición en niños, propiciadas por enfermedades como la otitis, son prevenibles, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se calcula que 466 millones de personas en el mundo padecen pérdida de la audición discapacitante, de las cuales 34 millones de personas son niños.
“La otitis es muy delicada porque dependiendo de la etapa en la que aparezca porque puede afectar el desarrollo del lenguaje de un paciente. Si no se trata a tiempo, puede desembocar en un bloqueo al acceso de los sonidos para los pacientes más pequeños y tener repercusiones académicas, en el habla, en el desarrollo a nivel general y hasta en el equilibrio”, afirma Jonathan Bareño, fonaudiólogo de MED-EL zona norte y media de Latinoamérica.
La otitis del nadador aparece por cuenta de una inflamación de la piel del conducto auditivo externo, que se produce por bacterias. Este conducto auditivo externo tiene una forma tubular y conecta el pabellón de la oreja con el tímpano, y está formado por hueso y cartílago cubierto de piel, el cual contiene pH ácido, que funciona como protección contra las infecciones. Los productos con los que se limpian las piscinas o la salinidad del mar, pueden hacer que esa piel pierda su integridad con los baños prolongados y que los gérmenes actúen con más facilidad.
Una vez que la bacteria ya se encuentra en el cuerpo, la otitis puede presentarse de dos formas: aguda o crónica. La primera puede surgir repentinamente, mientras que la crónica se manifiesta de forma repetitiva durante un largo plazo. Para evitar la otitis crónica, es importante recurrir a un profesional en cuanto se detecten los primeros síntomas:
1. La otalgia es un dolor que se acentúa al traccionar el pabellón auricular o al presionar el cartílago que precede al conducto auditivo externo, es decir, al tocar o mover la oreja.
2. Dolor al masticar
3. Pérdida de audición momentánea en uno o ambos oídos
4. Calor intenso en la zona cercana a la oreja
5. Cuando la enfermedad es más profunda, pueden aparecer otras manifestaciones, como la fiebre o los dolores de cabeza.
Lo ideal, para evitar este tipo de infecciones, es tener en cuenta una serie de recomendaciones para el cuidado de los oídos, tanto para personas adultas como para niños.
Ellas son: mantener las orejas limpias y secas después de cada baño, asegurarse que el agua de la piscina o playa esté limpia, ya que las aguas contaminadas pueden causar infecciones auditivas, entrar lentamente al agua, para que ésta no entre bruscamente a los oídos., utilizar protectores a la medida, ya que son el método más efectivo para que el agua no entre a los oídos y prestar atención con los cambios de temperatura.
Según el fonoaudiólogo de MED-EL, una otitis mal cuidada puede generar hipoacusia o sordera permanente.