La naturaleza es realmente ingeniosa y una aliada muy capaz en la lucha contra el cambio climático.
Desafortunadamente, no se le está dando una oportunidad para hacer su trabajo. Una serie de informes consecutivos este año han afirmado y reafirmado que el planeta se está acercando a varios puntos de inflexión que podrían desatar daños irreversibles a nuestro planeta, personas y animales.
Como lo expresó el secretario general de la ONU, António Guterres, nos estamos acercando al “punto de no retorno”, y dar la marcha atrás requiere “dejar de luchar contra la naturaleza”.
Por ello se ha compilado una lista de cinco maneras en que las soluciones basadas en la naturaleza como la conservación, la restauración y la infraestructura verde deberían ser un tema central de los esfuerzos para abordar el cambio climático global (¡en la COP25 y más allá!).
Corrige malos hábitos
La mayoría sabe que el dióxido de carbono es uno de los mayores enemigos en la lucha contra el cambio climático. Este gas de efecto invernadero que atrapa el calor es uno de los principales contribuyentes al cambio climático. Y si bien la reducción de las emisiones globales de carbono al acelerar la transición a los recursos de energía renovable como la energía eólica y solar o expandir las iniciativas de transporte limpio es clave, preservar las capacidades de sumidero de carbono de la naturaleza también es una herramienta crítica.
Desde los pastizales hasta los océanos, la naturaleza hace maravillas para corregir nuestros malos hábitos. A nivel mundial, los pastizales absorben aproximadamente 343 gigatoneladas de dióxido de carbono, o aproximadamente 19% de las emisiones de dióxido de carbono del sector de energía eléctrica de Estados Unidos.
Protege la biodiversidad
Se necesita proteger la tierra y océano si es que se quiere reducir los impactos del cambio climático. A medida que las áreas naturales del planeta sufren, también padecen los ecosistemas. Un informe sombrío de la ONU advirtió recientemente que más de 1 millón de especies de plantas y animales están en peligro de extinción. El fitoplancton convirtió a la Tierra en un planeta respirable hace 500 millones de años. Pero incluso esta especie antigua no puede soportar el calor. Nueva evidencia revela que la productividad del fitoplancton, la base misma de la cadena alimentaria del océano, ha disminuido constantemente desde la revolución industrial, lo cual coincide con el aumento de la temperatura de la superficie.
Además del aumento de temperatura causado por los humanos, la sobrepesca, el comercio insostenible de vida silvestre y la deforestación están desatando estragos en el planeta. Desde 1970, la población de vértebras del planeta ha disminuido en un 60%, casi el 33% de los corales que forman arrecifes, tiburones y parientes de tiburones se encuentran en peligro de extinción, y el mundo ha perdido 1.3 millones de kilómetros cuadrados (502,000 millas cuadradas) de bosque entre 1990 y 2016.
Ante los desastres naturales
Las soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración de bosques y la protección de pastizales y arrecifes de coral, pueden ayudar a desarrollar la resiliencia de las comunidades para enfrentar y recuperarse de manera más efectiva de los desastres, como las inundaciones, tormentas y sequías.
A pesar de la creciente evidencia de que las soluciones basadas en la naturaleza pueden ayudar a reducir el riesgo y los impactos de los desastres naturales, el financiamiento de estas soluciones es insuficiente. Se necesita hacer mucho más para aumentar las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza para construir comunidades resilientes.
Seguridad alimentaria
El cambio climático ejerce una presión creciente sobre nuestros sistemas agrícolas y alimentarios. Las soluciones basadas en la naturaleza, como las prácticas agrícolas regenerativas y la recarga de las aguas subterráneas a través de la reforestación, pueden abordar eficazmente la seguridad alimentaria al tiempo que elevan el papel y el valor de nuestros ecosistemas.
Se necesita hacer más para apoyar a los gobiernos en la implementación exitosa de soluciones basadas en la naturaleza bien diseñadas para la seguridad alimentaria, que según un informe reciente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) requiere enfoques interdisciplinarios y transdisciplinarios y una participación de múltiples partes interesadas proceso de compromiso.
Servicios del ecosistema
Un aire más limpio, un mayor suministro de agua y sistemas alimentarios resilientes son las externalidades positivas más obvias obtenidas a través de un medio ambiente saludable, pero las soluciones basadas en la naturaleza benefician a nuestras comunidades de muchas otras formas.
En las ciudades, las soluciones basadas en la naturaleza pueden hacernos más felices. Un estudio reciente documentó una mejora en la salud mental en partes de Pensilvania, donde lotes urbanos vacíos se convirtieron en espacios verdes.