Ha llegado la hora de materializar lo que varias declaraciones políticas han dicho, que se debe considerar el consumo de drogas como un asunto de salud pública, es decir, considerar al adicto como un enfermo crónico y no como un delincuente.
Así lo señaló el viceministro de Asuntos Multilaterales de la Cancillería de Colombia, Carlos Arturo Morales, en el 54 periodo ordinario de sesiones de la Comisión Interamericana para el Control y Abuso de Drogas (CICAD), que arrancó ayer en Bogotá hasta este viernes, organismo de la Organización de Estados Americanos (OEA) del cual nuestro país asumió en esta oportunidad la presidencia durante un año, la cual venía fungiendo Costa Rica.
Morales dijo que hay dos razones para asumir de una vez por todas el flagelo del consumo de alucinógenos como un problema de salud pública, “la primera consiste en el constante aumento del consumo de drogas en la mayoría de países de la región, entre los que se incluye Colombia. Eso conlleva a darle un lugar prioritario a esta faceta del problema. La segunda razón estriba también en el hecho de que ya se plantea en varias latitudes la despenalización”.
Precisamente, las discusiones sobre el consumo de drogas como un problema de salud pública son el tema central del 54 periodo de sesiones de la CICAD que abordará de forma particular el tema del consumo de drogas como un problema de salud pública con enfoque en derechos humanos.
En ese sentido el viceministro Morales señaló que Colombia como país sede en esta oportunidad convino con la CICAD para este nuevo periodo de sesiones concentrar los trabajos y las deliberaciones en este tema con el fin de avanzar en uno de los problemas más sensibles del problema porque el consumo de drogas merece la mayor atención de los países del continente “tanto en la prevención como en su tratamiento”.
La lucha contra las drogas a nivel mundial es hoy sujeto de intensos debates por los discutibles resultados, pues crece el consumo y la producción. Además se pide cambiar el paradigma basado en la seguridad por uno enfocado en la salud pública.
En este sentido también surge la postura de varios países de realizar un debate a nivel mundial sobre el problema de las drogas con bases objetivas y científicas, y si es necesario adoptar nuevos enfoques, como lo ha señalado el presidente Juan Manuel Santos ante la propia Asamblea de Naciones Unidas.
Morales dijo que las Américas reúnen como ninguna otra región en el mundo todas las expresiones del flagelo de las drogas, pues existe producción, es zona de tránsito, vive las consecuencias del narcotráfico y fuera de ello el consumo está en crecimiento.
Agregó que son enormes los esfuerzos en la región contra el problema de las drogas, y “Colombia ha sido uno de los países que más alto precio ha pagado por ello, y consideramos también los resultados positivos que se han alcanzado. No obstante las estrategias y políticas deben ser revisadas procurando mayor efectividad y mejores resultados, teniendo en cuenta que el problema de las drogas continúa representando una amenaza a la seguridad, la democracia, la salud pública y el desarrollo integral”.
El temario del actual periodo de sesiones de la CICAD responde a la declaración de Antigua de la Asamblea General de OEA este año, que dispuso un proceso de consultas en los países de la región, subregional y hemisférico sobre el problema mundial de las drogas. Este proceso debe tener en cuenta el informe que preparó la OEA en las Américas por mandato de los presidentes que se reunieron en la VI Cumbre de las Américas que se desarrolló el año pasado en Cartagena.
Atención
Hay deficiencias en los sistemas de salud pública de los países de la región para la atención a los consumidores de estupefacientes, a pesar que el uso de estas sustancias es causa de enfermedad, discapacidad y muerte.
En este sentido el subdirector adjunto de la Organización Panamericana de la Salud, Francisco Becerra Posada, dijo que “existe una enorme brecha en la atención de salud. Esto significa que una gran proporción de personas con problemas relacionados con el consumo de drogas, no recibe ninguna atención en los sistemas de salud, lo que se convierte en uno de los grandes desafíos”.
Añadió que en una gran parte de los países de la región “los planes de salud pública tienen una respuesta muy limitada y en muchos casos inefectiva”. Añadió que los servicios especializados para la atención de drogodependientes son escasos y con pocos vínculos con los sistemas primarios de salud.
Sin embargo Becerra dijo que “la OPS reconoce los avances del Gobierno colombiano en esta materia a través del Ministerio de Salud y de Protección Social y su política nacional para la atención del consumo de sustancias psicoactivas haciendo de este problema un asunto de salud pública”.
Penalización
Por su parte el presidente saliente de la CICAD, Celso Gamboa, viceministro de Gobernación, Policía y Seguridad Pública de Costa Rica, destacó en su informe de gestión las iniciativas que se han dado en los diferentes países para no llevar a la cárcel a los consumidores de estupefacientes.
En ese sentido destacó el trabajo de la CICAD para el impulso de “los tribunales de tratamiento de adicciones, el cual busca explorar medidas alternativas al encarcelamiento para infractores dependientes de drogas, pues mediante este enfoque multidisciplinario integrado entre profesionales del poder judicial y del ámbito de la salud se contribuye a la reducción de los índices del resto de los delitos, una menor reincidencia en el consumo y una disminución de la población penitenciaria”.
Dijo que este modelo ya es una realidad en Chile, Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Reino Unido, Irlanda, Australia y Nueva Zelanda, además “gracias a la colaboración de la OEA se está implementando en forma de proyecto piloto en Argentina, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana, Jamaica, Barbados, Trinidad y Tobago y México”.