Alrededor de 15.000 efectivos brasileños cuidarán Río+20 | El Nuevo Siglo
Lunes, 28 de Mayo de 2012

La seguridad de la cumbre sobre desarrollo sostenible de la ONU Rio+20 estará a cargo del Ejército brasileño, que dispondrá de 8.000 hombres y coordinará otros 7.000 de las fuerzas policiales, informó este lunes el ministro de Defensa, Celso Amorim.

"Fue hecha una planificación muy detallada, un gran número de personas presentes y equipos para que toda la conferencia ocurra de la manera más tranquila", dijo Amorim en una rueda de prensa en Rio de Janeiro.

El dispositivo de seguridad tiene unidades especiales para la prevención de ataques cibernéticos y terroristas, aunque Amorim aclaró que no existe ninguna amenaza concreta a esta reunión que convocará a más de 100 jefes de Estado y gobierno entre el 20 y 22 de junio.

"En el mundo de hoy los ataques cibernéticos son una amenaza peligrosa. Tenemos que tener cautela para garantizar la seguridad de todos los documentos de la conferencia", indicó el responsable.

Las fuerzas de seguridad reforzarán además la vigilancia en aeropuertos, puertos e instalaciones estratégicas, como usinas y plantas de gas y agua.

También será cerrado el espacio aéreo del centro de conferencias Rio Centro, donde se reunirán los mandatarios.

El Ejército aseguró que los aeropuertos operarán normalmente, aunque se dará prioridad al aterrizaje y despegue de aeronaves oficiales.

El plan de seguridad incluye también el resguardo de la Cumbre de los Pueblos, convocada por la sociedad civil como contrapunto a esta cumbre y que espera reunir a 20.000 participantes por día en el parque de Flamengo (zona sur de Rio) con más de 600 actividades.

La Rio+20, que espera hacer un balance de los compromisos asumidos desde la Cumbre de la Tierra en Rio de Janeiro en 1992, se desarrollará en un área cuatro veces superior a la de hace 20 años, señaló un despacho de Defensa.

Pero a diferencia de la primera reunión, la preocupación de la seguridad no está enfocada en la violencia en las favelas, que se redujo desde que el gobierno impulsó en 2008 un programa para ocupar con la policía estas enormes barriadas y arrebatar su control de narcotraficantes y paramilitares.


AFP