El crecimiento cultural en nuestro país es un propósito que aumenta día a día con la aparición y fortalecimiento de nuevos programas que aportan a este fin. Actualmente Bogotá y las principales ciudades de Colombia disfrutan de festivales musicales, teatrales, cuentería y danza, siendo esta última la que cuenta con más planes de acción, por la variedad de ritmos y técnicas. Por tal motivo, desde el 2015 el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo en alianza con Bancolombia, han creado un programa de apoyo que busca generar oportunidades y condiciones para construir el desarrollo de talento para la danza con el programa Danza en Movimiento.
El programa comenzó el año pasado con la selección de diez bailarines entre los 16 y 24 años en Bogotá, Medellín y Cali. Durante el primer semestre el bailarín argentino Julio Boca realizó una audición en Bogotá y el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo llevó a cabo audiciones en las tres ciudades. En el proceso participaron 165 personas y fue seleccionado el grupo de becarios Bancolombia teniendo en consideración condiciones físicas, conocimiento técnico de los movimientos del ballet y disposición para la formación artística.
Alma en Movimiento es un programa que reconoce la danza como una expresión artística donde se potencia la capacidad de disciplina, la innovación y la creatividad de nuestros jóvenes, y donde se construyen valores como el respeto y la inclusión. Este proyecto comprende un Programa de Formación en Danza, que incluye las Becas Bancolombia a la Danza, a través de las cuales generamos oportunidades y condiciones para desarrollar el talento de la danza en Colombia, mientras conectamos a los jóvenes con la posibilidad de desempeñarse profesionalmente en este oficio, la Temporada de Danza Bancolombia, que trae al país de manera excepcional las mejores compañías de danza y Teatro Digital, una iniciativa innovadora que promueve la inclusión cultural al hacer posible que los colombianos con acceso a Internet disfruten de las mejores funciones que ofrece el Teatro en tiempo real y de forma totalmente gratuita.
El grupo comenzó el programa de profesionalización bajo la tutela de dos reconocidos bailarines colombianos, Jairo Lastre y Alicia Cajiao, y consiste en seis horas de formación diaria, clases con profesores nacionales invitados (ballet y otros géneros de danza) y talleres sobre géneros específicos de la danza con maestros de las compañías internacionales que se presentan en el Teatro.
El grupo de becarios ya tuvo clase con el English National Ballet, Les Grands Ballets Canadiens de Montreal, la zarzuela La del Manojo de Rosas y Paul Taylor Dance Company.
Actualmente el programa se encuentra en la segunda fase de desarrollo, en la cual buscan identificar el talento para la danza desde la más temprana edad y fortalecerlo a través de un programa de formación en las academias de danza ubicadas en los lugares de residencia de los becarios.
En ésta, son beneficiados niños y jóvenes entre los 8 y 16 años, quienes recibirán formación en danza después de la jornada escolar. Inicialmente se realiza un piloto en Bogotá, en el último trimestre del 2016, y posteriormente se llevará a cabo en distintas regiones del país.
Actualmente se encuentran en Bogotá 12 jóvenes de diferentes regiones del país, entre los 16 y 22 años que fueron elegidos mediante audiciones de talento para ser beneficiados con la beca de Bancolombia, que además de permitirles recibir formación de danza clásica y contemporánea, les otorga un subsidio económico con el cual los bailarines pueden cubrir sus gastos de vivienda, transporte y alimentación en Bogotá. Así mismo cuentan con acompañamiento médico y nutricional que garantice su buen estado físico.
“Las personas creen que las bailarinas somos extremadamente frágiles por nuestra delgadez y lo asocian con problemas alimenticios, pero eso es un mito, pues los maestros nos recalcan la importancia de la buena alimentación, ya que esta es la que nos permite tener ensayos diarios de 6 horas y tener fuerza para hacer cada uno de los movimientos que requiere de mucho esfuerzo y que el espectador termina percibiendo como acción delicada por la facilidad con la que la ejecutamos”, dijo a EL NUEVO SIGLO Fauna Natasha Lopera López, bailarina antioqueña de 16 años que se integró a Alma en Movimiento hace 4 meses.
Los 12 jóvenes que pertenecen al programa han encontrado apoyo no solo económico y de formación profesional, pues los maestros inculcan en cada uno de ellos pasión por la danza y valores que a la larga les ayudarán a avanzar en su carrera y crecimiento personal.
“En el año y medio que llevo en la compañía he conocido muchos maestros, cada uno de ellos nos ha enseñado algo más que una técnica de baile, nos han fomentado pasión, pero no solo en los movimientos, pues en el futuro nosotros llegaremos a ser maestros también, por lo que estará en nuestras manos el porvenir de las nuevas generaciones de bailarines del país que año tras año tendrán que ser mejores y así lograr que Colombia sea reconocida en el exterior por su talento”, explicó a EL NUEVO SIGLO Juan Fernando Morales Londoño, bailarín pereirano que pertenece a Alma en Movimiento.
En el 2016 el programa abrió dos cupos en los cuales fueron elegidas dos jóvenes de 16 años, Fauna Natasha Lopera López, de Medellín, y Juliana Vargas Rodríguez, de Bogotá. En la elección participó activamente el maestro Harvé Palito, un profesional con una amplia experiencia en el mundo de la danza internacional, pues tuvo la oportunidad de trabajar como bailarín, repetidor, jefe de repetidores, coordinador artístico, director adjunto y director artístico en diversas compañías en más de 40 países, entre las que se destacan el Bejart Ballet Laussane, la Compañía Nacional de Danza de España, la Ópera de París, Statts Bllett Berlin, Tokio Ballet y Real Ópera de Suecia, entre otras. En esta oportunidad el francés llegó a Colombia para dar un taller magistral a los jóvenes de la compañía.
“Encontré que en Colombia hay mucho talento y pasión por la danza, pero les hace falta técnica y compromiso, pues el ritmo de los ensayos no es de la misma rigurosidad que en otras partes del mundo, lo que no les permite explotar al máximo todo su talento. Por eso en este taller yo he tratado de mostrarles a los bailarines cuánto y cómo se deben esforzar para llegar a triunfar en el mundo de la danza clásica”, comentó a EL NUEVO SIGLO Harvé Palito.
Así mismo el maestro agregó: “La elección de las dos bailarinas se hizo bajo un rigor muy fuerte, pues aunque encontramos en las audiciones mucho talento y pasión, algunos de los bailarines ya eran demasiado mayores para iniciar una formación profesional, pues en todas partes del mundo a esa edad ya han terminado esa fase de su carrera, así que nos centramos en el potencial de los más jóvenes”.