Los analistas del mercado anticipan que la inflación anual de los alimentos registrará un fuerte aumento en agosto, principalmente porque en ese mes del año pasado se presentaron caídas muy pronunciadas en los precios de los alimentos perecederos.
Esto se debió a la culminación del paro camionero en julio y a la normalización de la oferta luego de la finalización del fenómeno de El Niño unos pocos meses antes, lo que permitió que estos bienes llegaran nuevamente a las centrales de abasto en grandes cantidades.
Señala el análisis que la inflación anual de los alimentos volvería a aumentar fuertemente en agosto a 1,75%.
Este incremento estará liderado exclusivamente por la inflación anual de los alimentos perecederos. En contraste, se espera que la inflación de comidas fuera del hogar siga cayendo moderadamente, reflejando la debilidad de la demanda interna.
Finalizó la baja
Los precios de los alimentos cayeron 0,06% en julio, lo que contrasta con el incremento de 1,11% en el mismo mes un año atrás, cuando se sintieron con fuerza los efectos inflacionarios del paro camionero, el más largo en la historia del país.
De esta forma, su inflación anual continuó cayendo al pasar de 1,36% anualizada en junio a 0,18%, lo cual restó 0,35 puntos porcentuales al cambio de la inflación anual total entre los últimos dos meses y explicó 60% de su descenso en ese periodo.
En materia de alimentos procesados señala un informe de Corficolombiana, continuó cayendo por quinto mes consecutivo y fue la que más contribuyó al descenso de los precios.
El IPC de este grupo de alimentos cayó 0,09% en julio y contrastó con el aumento de 0,9% en julio del año pasado, así que su variación anual se redujo de 3,30% en junio a 2,30%.
Los precios de este grupo de alimentos estuvieron afectados no solamente por el fenómeno de El Niño en 2016, sino también por la depreciación del peso colombiano, puesto que una alta proporción de ellos son de origen extranjero o contienen una cantidad importante de insumos importados.
La mayor estabilidad de la tasa de cambio y el favorable comportamiento de los precios internacionales de las materias primas agrícolas han contribuido a un descenso de la inflación anual de los alimentos procesados en el último año.
Carne de res
En particular, el precio de la carne de res, que es el gasto básico con mayor ponderación dentro del IPC de alimentos procesados, fue el que más contribuyó al descenso de la inflación anual de los alimentos y de la total, muy en línea con lo que habíamos anticipado.
El reciente brote de fiebre aftosa que ha afectado el sector ganadero había generado incertidumbre sobre sus efectos en el precio de la carne porque se han presentado situaciones que han afectado la oferta de formas opuestas, como el sacrificio de ganado y la decisión de algunos países vecinos de suspender la importación de productos cárnicos provenientes de Colombia, además de que se ha reportado un descenso en el consumo de carne a nivel local. De esta forma, los precios de la carne registraron un incremento relativamente moderado de tan sólo 0,88% en julio, lo que contrastó con el de 4,29% en julio del año pasado, así que su inflación anual bajó de 4,65% a 1,23% en un año, el nivel más bajo en 2 años.
Lo anterior restó 0,08 puntos porcentuales al cambio de la inflación anual total en los últimos dos meses.
La inflación anual de las comidas fuera del hogar continuó con la tendencia descendente que comenzó en marzo, luego de los efectos alcistas de la reforma tributaria durante el primer bimestre del año e impulsada por la persistente debilidad de la demanda interna y la menor inflación de los alimentos procesados y perecederos.
El IPC de este grupo de alimentos cayó 0,05% en julio, lo que contrastó con el incremento de 0.44% en julio del año anterior, así que su inflación anual se redujo de 7,62% en junio a 7,10%.
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