“La alianza del Pacífico es un eje fundamental de la estrategia de internacionalización de Colombia y de inserción en la región Asia Pacífico, que fomentará la diversificación de mercados para reducir la vulnerabilidad frente a crisis económicas internacionales”, explicó el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Sergio Díaz-Granados, a propósito de la jornada que comienza hoy con un encuentro de cancilleres y tendrá su etapa cumbre el jueves con la cumbre presidencial.
“De hecho”, agregó, “a través de Alianza del Pacífico, Colombia puede acelerar su proceso de integración al Asia y avanzar en procesos de negociación en bloque, con países que como México, Chile y Perú, ya cuentan con fuertes vínculos comerciales con esa región”.
“Así mismo, la Alianza del Pacífico generará mayores oportunidades de encadenamiento productivo y permitirá consolidar cadenas globales de producción entre Colombia, Perú, Chile y México, con el fin último de ofrecer productos competitivos y aprovechar las oportunidades comerciales que se abren en el mercado asiático”, precisó el alto funcionario
Comercio
A Chile, Colombia, México y Perú, además del destino común enmarcado en la Alianza del Pacífico, los unen características como la solidez de sus democracias y el dinamismo de sus economías - abiertas al libre comercio- que los han llevado a primeros lugares de preferencia en la región para los inversionistas internacionales.
El bloque de países que conforman la Alianza del Pacífico se destaca porque reúne economías armónicas, cuyos resultados también los acerca.
De acuerdo a Doing Business 2012 del Banco Mundial, de los 32 países de la región de América Latina y el Caribe, Chile, Perú, Colombia y México ocupan el primero, tercero, cuarto y quinto puesto, respectivamente, en el listado de facilidad de hacer negocios.
Como bloque económico: Colombia, Chile, México y Perú suman una población de casi 210 millones de habitantes, cerca del 36 por ciento del total de América Latina y el Caribe, con un Producto Interno Bruto por habitante cercano a los 10.000 dólares.
El Producto Interno Bruto (PIB) de los países de la Alianza del Pacífico representa el 35 por ciento del PIB total de América Latina y el Caribe y su tasa promedio de crecimiento fue 5 por ciento en 2012, superior al crecimiento mundial que en ese año fue de 2,2 por ciento.
Así mismo, los cuatro países se caracterizan por su alta estabilidad macroeconómica y su capacidad de ampliación anual del mercado, como lo muestran las siguientes cifras:
• La tasa promedio de desempleo de los países de la Alianza fue de 7,6 por ciento y la inflación promedio de 3,2 por ciento, inferior al regional de 6 por ciento, en 2012.
• En conjunto los cuatro miembros de la Alianza Pacífico representan el 33 por ciento del comercio de la región con exportaciones por 369.231 millones de dólares e importaciones de 352.310 millones de dólares en 2012.
• Los principales productos de exportación de los países de la Alianza del Pacífico son combustibles, productos mineros, productos agrícolas y manufacturas, por lo que su oferta resulta complementaria con los mercados de Asia Pacífico.
• Los países de Alianza del Pacífico representan el 26 por ciento del total de flujos de inversión extranjera directa de América Latina y el Caribe.
Más que comercio
La Alianza del Pacífico es un proceso dinámico de integración que se debe mirar más allá de los temas comerciales y económicos, pues también cuenta con una serie de elementos de cooperación que benefician directamente a los ciudadanos de los Países Miembros.
“Decía el presidente Juan Manuel Santos que quizá este es el proceso más importante de integración en este momento en América Latina y lo dice por dos características fundamentales: su dinámica y por los niveles de ambición planteados”, resaltó la vicecanciller Mónica Lanzetta.
Agregó que lo más significativo de este mecanismo de integración es que Chile, Colombia, México y Perú, construyen sobre las realidades de sus pueblos, lo que ha permitido tener resultados a corto plazo.
“Hay un respaldo político inequívoco de los Jefes de Estado de avanzar consistentemente en este programa y en este proyecto tan ambicioso, porque es un proyecto pragmático, abierto, que no es excluyente, que lo que busca es fortalecer la integración entre los países para fortalecer nuestra integración con el resto del mundo, particularmente con Asia – Pacífico”, indicó Lanzetta.
Entre los temas de cooperación en los que avanza la Alianza, la diplomática destacó la puesta en marcha de la plataforma de movilidad estudiantil, la cual permite que cada país ofrezca 100 becas (pregrado y posgrado) a cada uno de los Países Miembros.
“Esa es una iniciativa de la mayor importancia, el mejor conocimiento entre los estudiantes va a permitir efectivamente profundizar nuestros vínculos”, anotó.
Asimismo, dijo que de manera concreta se viene trabajando en un proyecto para fortalecer la capacidad y la competitividad de las pequeñas y medianas empresas (Pymes).
El tema del cambio climático está siendo abordado por la Alianza a partir de las experiencias de los expertos en cada país, buscando compartir información en lo referente a mitigación, manejo y adaptación.
Para promover el potencial que tienen los cuatro países en materia turística, fue firmado un ambicioso convenio en el que se proyecta llegar a ofrecer paquetes turísticos conjuntos. Para que ese objetivo sea una realidad, las agencias de promoción, exportación, inversión y turismo, vienen trabajando coordinadamente, concluyó la Vicecanciller Lanzetta.
Cali, epicentro del Pacífico
En esta cita, Colombia asumirá la Presidencia Pro Tempore del mecanismo, desde la cual, se promoverá una agenda activa e integral que siga brindando resultados concretos en materia comercial; de acción conjunta y coordinada entre las agencias de promoción de exportaciones; de cooperación para la movilidad estudiantil, y de flexibilización migratoria.
La Cumbre reunirá en Cali a los presidentes de los países miembros: Juan Manuel Santos, de Colombia; Sebastián Piñera, de Chile; Enrique Peña Nieto, de México, y Ollanta Humala, de Perú. Así mismo, han confirmado su participación los presidentes Laura Chinchilla, de Costa Rica, y Ricardo Martinelli, de Panamá, como Observadores Candidatos para ingresar al bloque, así como el Primer Ministro de Canadá, Stephen Harper; el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente de Guatemala, Otto Pérez con delegados de alto nivel de Australia, Japón, Nueva Zelandia y Uruguay. Estos últimos, participarán en calidad de Estados Observadores.
Establecida formalmente el 6 de junio de 2012, mediante la suscripción de su Acuerdo Marco, la Alianza del Pacífico busca construir, de manera participativa y consensuada, un área de integración profunda para avanzar progresivamente hacia la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas, así como impulsar un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad de las economías de los países que la integran.
A su vez, la Alianza del Pacífico busca convertirse en una plataforma de integración económica y comercial, y de proyección al mundo, con especial énfasis en el Asia Pacífico.
Retos de un bloque biche
Pasar de lo formal y estético a lo profundo y sólido. Ese es el principal reto que debe imponerse a mediano plazo la llamada Alianza Pacífico.
Hasta el momento es poco lo que se le puede exigir a los cuatro países fundadores (Colombia, México, Perú y Chile). En realidad el bloque aún está en pañales, pues apenas si nació en abril de 2011 y se estableció formalmente en junio del año pasado. Incluso, en algunas de esas naciones todavía no se han perfeccionado los procedimientos legislativos y ejecutivos internos para protocolizar el ingreso a la Alianza.
Habrá para quienes lo hecho hasta el momento es mucho y un buen augurio. La flexibilización en visados, la coordinación de las cuatro agencias comerciales de promoción (Proméxico, Promperú, Prochile y Proexport), los acuerdos para compatir oficinas y sedes diplomáticas así como los pactos en materia turística y académica son, sin duda, importantes dado que se trata de una labor cristalizada en pocos meses.
También es positivo que en tan poco tiempo un grupo significativo de países haya manifestado su intención de ingresar, como es el caso primario de Costa Rica y Panamá, mientras que se acercan potencias como Canadá e incluso una alicaída España. No menos clave es el interés de Australia, Japón, Guatemala, Uruguay y Nueva Zelanda.
Sin embargo, esos son pasos pequeños frente al reto primario de la Alianza: conformar un bloque que les permita integrarse y acompasar sus sectores productivos y comerciales de forma tal que el prioritario aterrizaje en la cuenca del Asia Pacífico sea más efectivo, rentable y, sobre todo, con valores agregados y competitivos mayores a los que cada nación puede ofrecer independientemente.
Es claro que entre Colombia, Perú, México y Chile hay coincidencias (cuatro economías emergentes con estabilidad democrática y homogeneidad política en el centro y la centro-derecha) pero también existen fuertes diferencias en los campos comercial, industrial y de economía real. Integrarse no será fácil y las cifras sobre aumento del comercio intrarregional todavía no se pueden considerar como un efecto funcional de la Alianza.
Incluso, hay distancias notorias en cuanto a su intercambio con las potencias asiáticas. Y, como si fuera poco, es claro que la tendencia de la globalización comercial sigue basada en los tratados de libre comercio bilaterales y no en los acuerdos bloque-bloque. Este es un punto complicado, toda vez que los TLC y acuerdos de complementación comercial firmados unilateralmente por cada una de esas cuatro naciones, imponen un intrincado sistema de obligaciones, compensaciones, salvaguardas y exclusiones en materia de relación con terceras naciones. Ese es un cuello de botella muy complicado de solucionar.
No hay, pues, que caer en falsas expectativas. La Alianza Pacífico es, hasta el momento, una plataforma en construcción. Para que llegue a ser un bloque comercial, político y económico, que avance tangiblemente hacia la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas, falta mucha maduración. El problema es que dado el dinamismo asiático y el surgimiento en varias latitudes de otras potencias emergentes, el tiempo para completar el proceso interno y que el bloque se vuelva atractivo para la cuenca asiática no es mucho.
Sin embargo, era necesario arrancar. De Cali podrán salir algunos acuerdos comerciales puntuales y el avance en la institucionalización de la Alianza. También se esperan resultados de las macrorruedas de negocios. Incluso, la cumbre empresarial podría servir para captar inversionistas y capital fresco para algunos proyectos en las cuatro naciones. Si eso se logra, habrá que aplaudir que la construcción sigue en camino y poco a poco irá superando lo protocolario y se adentrará en lo concreto.