A elegir un buen alcalde
A finales del presente año, siguiendo lo preceptuado en la Constitución de 1991, se renovarán las autoridades de las divisiones políticas del país. Se elegirán gobernadores en todos los departamentos, los integrantes de las asambleas departamentales; en el nivel municipal los miembros de los concejos y los alcaldes.
Ya se están conociendo los movimientos en todas las regiones; quienes aspiran al favor electoral así como quienes los respaldan, están haciendo conocer sus aspiraciones. Esta es una valiosísima oportunidad que se brinda a los ciudadanos para escoger a quienes los han de gobernar a nivel regional.
El interés por los asuntos regionales se ha convertido en el de las organizaciones ciudadanas que se preocupan por asuntos que atañen a la comunidad, llamados partidos políticos. Estos pretenden canalizar e interpretar las opiniones y orientar a los ciudadanos, estimulándolos a votar por las personas que consideran idóneas para manejar la cosa pública departamental o municipal. Entre los ciudadanos hay un conglomerado que está conforme con los lineamientos generales que les ofrecen los partidos a través de sus voceros, otro indiferente que si se resuelve a votar lo hace por el partido o por los candidatos que lo convenzan y alguno que es definitivamente de oposición y que le lleva la contraria al Gobierno central en lo que propone y hace.
Todo ciudadano de Bogotá debe creerse en la obligación de llamar a sus conciudadanos bogotanos (todos los que residen en la capital y son aptos para votar) para que mediten acerca de la responsabilidad que les ha sido impuesta para escoger a un buen alcalde asesorado por un buen Concejo. La experiencia que hemos tenido con los últimos tres alcaldes no ha sido la más enriquecedora lo cual nos obliga a meditar bien el voto. El actual Ministro de Trabajo que es el primero de esta terna, realizó una gestión opaca, sin huellas y cuestionada. Le siguió Samuel cuyos desvaríos lo llevaron a responder ante la justicia; detenido, está pendiente del juicio que se le adelanta. El actual alcalde, muy a pesar de sus electores, (15% de los bogotanos como que su votación fue del 30% y la abstención del 50%) va a terminar su período sin que se pueda afirmar que su gestión haya sido buena, salvo haber logrado mantenerse en el cargo en contra de buena parte de los bogotanos, de las providencias de las autoridades judiciales de las cuales resultó ileso con resquicios legales inconcebibles.
Tenemos los bogotanos la responsabilidad de elegir para la capital autoridades que rectifiquen el rumbo que lleva.
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Horrorizados están todas las personas de bien, el país entero, por el crimen de los niños en Caquetá.