Tras el envío del TLC para su sanción en el Congreso americano, expertos alertaron sobre escasa mejoría en el respeto a los derechos laborales y sindicales en el país.
El Tratado de Libre Comercio fue firmado por los gobiernos de los ex presidentes Alvaro Uribe y George W. Bush en 2006, pero el alarmante índice de asesinatos de sindicalistas, considerado el más alto del mundo, y la precariedad laboral en Colombia han frenado hasta ahora su ratificación.
Por ello, los presidentes Juan Manuel Santos y Barack Obama acordaron en abril un plan de acción tendiente a mejorar el respeto a la libertad sindical y a los derechos laborales para lograr la aprobación definitiva del TLC. Pero el balance de sus resultados seis meses más tarde es, según los sindicatos, decepcionante.
"La violación a los derechos humanos de los sindicalistas sigue siendo grave, con 23 asesinatos este año. En esas condiciones, mantenemos el rechazo al TLC y vamos a adelantar acciones con apoyo del sindicato estadounidense AFL CIO para pedir el voto en contra en la Cámara de Representantes", dijo Luis Alberto Vanegas, de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
"Además, acudiremos a una audiencia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 27 de octubre para presentar un informe sobre las violaciones a los derechos sindicales y la impunidad", añadió el dirigente.
Un documento remitido por la ONG Human Rights Watch (HRW) a la Fiscalía colombiana la semana pasada reportó para 2010 el asesinato de 51 sindicalistas, así como 22 intentos de homicidio y 397 amenazas.
"Si bien el número de sindicalistas asesinados cada año es inferior a las cifras de hace una década, sigue siendo superior al de cualquier otro país del mundo", indicó el informe de HRW al criticar la impunidad en estos casos.
"Una de las razones que explica esta constante violencia ha sido la ausencia casi crónica de rendición de cuentas en casos que afectan a sindicalistas. Colombia no ha logrado que se haga justicia en más de 2.500 casos de asesinatos de sindicalistas cometidos durante los últimos 25 años", asentó HRW.
El plan de acción suscrito por Santos y Obama contempla un programa de protección a líderes sindicales y medidas para poner fin a la informalidad laboral.
Sin embargo, la Escuela Nacional Sindical, que monitorea la situación laboral en Colombia, indicó que desde que se lanzó ese plan 16 sindicalistas han sido asesinados.
"¿Qué se puede decir de estas cifras? Que persiste la violencia", dijo a la AFP José Luciano Sanín, director general de la Escuela Nacional Sindical.
"El plan de acción significó una mejora importante a las medidas de protección. Cambió el método de evaluación de riesgo y se han venido atendiendo las solicitudes. Pero opera con un enfoque individual, se requiere que la persona sea amenazada para que acceda a la protección, y no hay una perspectiva colectiva ni preventiva", señaló Sanín.
Además, ahora que el TLC se presentó al Congreso en Washington, "es probable que la voluntad del gobierno colombiano para cumplir con el plan de acción disminuya", consideró.
En el aspecto puramente laboral, Sanín opinó que las medidas acordadas con Washington "son positivas, pero seis meses después no logran concretar las expectativas de cambio".
"El problema es que fueron medidas decididas unilateralmente, sin diálogo con los sindicatos, y sin seguir muchas de las recomendacions de la Organización Internacional del Trabajo sobre pactos colectivos y protección al derecho de asociación sindical", explicó.
Colombia implementó en la última década una transformación laboral, con flexibilidad para la contratación temporal a través de cooperativas de empleo o de empresas de servicio.
Apenas 800.000 trabajadores están sindicalizados en el país, y de ellos, solo 250.000 benefician de una convención colectiva de trabajo.
AFP