Esta semana hubo debate en la Comisión Sexta del Senado acerca de la anunciada subasta del espectro para la prestación de servicios de Internet de alta velocidad, conocida como tecnología de cuarta generación, 4G.

El tema no es de poca monta: “Esta será la subasta de espectro más grande en la historia del país y definirá el futuro del mercado de telecomunicaciones”, como lo describieron los senadores Juan Mario Laserna, del Partido Conservador, y Jorge Enrique Robledo, del Polo Democrático, en una carta que le dirigieron a la contralora Sandra Morelli para pedirle “una evaluación socio-económica” de la subasta “y su impacto sobre el desarrollo de la competencia en el mercado de telecomunicaciones y el bienestar de todos los colombianos”.

Desde la Comisión le pidieron al Gobierno que exprese políticas claras y de equidad en ese proceso.

El presidente el senador antioqueño Eugenio Prieto, del Partido Liberal, señaló que “es necesario también establecer la baja de tarifas, como exigir que cada operador preste un servicio de calidad en cuanto a cobertura nacional, reducción de quejas y reclamos con una atención ágil y que se den las condiciones de una competencia leal y transparente entre las empresas que intervengan”.

El ministro de las Tecnologías Diego Molano respondió que “en este proceso que se viene realizando a la luz pública, es vital que los presidentes de las empresas operadoras de la telefonía celular expongan sus inquietudes y así establecer las condiciones a las que se deben someter los proponentes, de manera que exista transparencia e igualdad de condiciones”.

A los senadores Laserna y Robledo les preocupa, como lo expresaron a Morelli, “que si no se promueve la entrada de nuevos jugadores y se reparte el espectro entre los actuales establecidos, no sólo se perpetuará la actual concentración, sino, más importante aún, se consolida el monopolio de Comcel-Claro, lo cual se traduce en efectos nefastos para la economía en términos de acceso a menores precios y mejor calidad de los servicios”.