A tres semanas de las legislativas alemanas, Angela Merkel y su rival Peer Steinbrück se enfrentaron anoche en debate televisado, una de las últimas oportunidades del socialdemócrata para marcar puntos ante la muy popular y favorita canciller, que volvió a demostrar en vivo y en directo su capacidad, experticia y liderazgo.
Steinbrück, de 66 años, ex ministro de Finanzas de Merkel en un gobierno de "gran coalición" entre 2005 y 2009, nunca consiguió hacerse un sitio en la campaña frente a la canciller de 59 años, que lo ha ignorado olímpicamente.
Según un sondeo publicado ayer en el diario Bild, los conservadores de Merkel tienen 39% de intenciones de voto en las legislativas del 22 de septiembre, más que los social-demócratas y su tradicional aliado ecologista juntos (respectivamente a 23 y 11%). Los Liberales, pequeño partido de la coalición gubernamental, logran 6%.
En una encuesta publicada el sábado por este diario, el más leído del país, la mitad de los alemanes apuestan por una victoria de Merkel en el duelo televisado, contra 11% para Steinbrück. Un 32% piensa que habrá empate.
En términos de popularidad, cerca de 30 puntos separan a Steinbrück de la canciller en los sondeos. Desde que anunciara su candidatura a las cancillería, a fines de septiembre de 2012, el socialdemócrata ha perdido incluso terreno frente a Merkel, la personalidad política preferida de los alemanes.
Angela Merkel es elogiada en particular por su gestión de la crisis del euro, en un país económicamente próspero si se lo compara con la mayoría de sus vecinos.
"Merkel es más bien una personalidad tranquila, poco dada a querellarse en público", afirmó uno de los cuatro presentadores encargados de la emisión televisada, Peter Kloeppel, de la cadena privada RTL. "Peter Steinbrück es más agresivo e intentó, en vano que el duelo fuera interesante”, señaló.
Entre los grandes temas abordados estuvo la crisis siria, en el centro de la actualidad, un tema que no permitió al socialdemócrata marcar puntos decisivos. La canciller ratificó su anuncio del viernes en el que excluyó una participación alemana en una eventual intervención militar, una declaración bien acogida por una población generalmente poco adepta a las operaciones en el exterior desde el final del Tercer Reich./AFP