El gobierno alemán anunció la expulsión del jefe de los servicios secretos estadounidenses en Alemania, en el marco de presuntos casos de espionaje en beneficio de Washington, una decisión inusual entre aliados de la OTAN.
"Pedimos al representante de los servicios secretos estadounidenses en la embajada de Estados Unidos que abandone Alemania", declaró el portavoz del gobierno, Steffen Seibert, en un comunicado.
La expulsión se produce "en respuesta a una falta de cooperación (constatada) desde hace tiempo en los esfuerzos para esclarecer" la actividad de los agentes de los servicios secretos estadounidenses en Alemania, explicó el jueves en Berlín el presidente de la comisión parlamentaria de actividades de inteligencia, Clemens Binninger.
Por segunda vez en cinco días, la justicia alemana abrió una investigación el miércoles sobre un presunto espía alemán, que trabajaba para Washington.
El caso tensó aún más las relaciones entre ambos países, empañadas ya por las revelaciones hace un año sobre el espionaje del teléfono móvil de la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, por Estados Unidos.
Tras el descubrimiento la semana pasada de un agente de los servicios de inteligencia alemanes (BND) sospechoso de trabajar también para la CIA, la fiscalía alemana anunció el miércoles otra investigación sobre un nuevo presunto caso de espionaje.
Los medios de comunicación hablaron de un oficial de las fuerzas armadas alemanas, que trabajaba también para Washington.
"Creo que en estos momentos, que pueden ser muy confusos, es decisiva la confianza entre aliados", había declarado Angela Merkel durante una rueda de prensa antes de anunciarse la expulsión. "Más confianza puede significar más seguridad", había añadido.
En una entrevista el jueves por la mañana, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, criticó la "estupidez" de Estados Unidos después del descubrimiento de los dos posibles casos de agentes alemanes que habrían trabajado para agencias estadounidenses.
"Es totalmente idiota que Estados Unidos fiche en nuestro país a gente de tercera clase. Tanta estupidez da ganas de llorar", dijo el ministro en declaraciones a la cadena de televisión Phoenix.
"Sinceramente, esto no divierte a la canciller", añadió Schäuble, famoso por hablar sin rodeos.