Los 32,57 millones de telespectadores alemanes, un récord, que vieron el partido de la primera semifinal del Mundial-2014 seguían eufóricos este miércoles tras la lección que dio la Mannschaft ante el anfitrión Brasil (7-1) en el Mineirao, y muchos ya sueñan con un cuarto título mundial.
La final se disputará el domingo. "¿Argentina?, ¿Holanda? ¡Poco importa! Alemania es el favorito", indicó el diario Die Welt, resumiendo en su tapa el espíritu general que envuelve al país.
"Todavía no creo lo que pasó (...), hemos jugado muy bien", exclamó en la noche del martes un hombre de edad avanzada que vestía la camiseta de Alemania, aún en medio de su sueño de futuro campeón mundial.
Para muchos hinchas de la Mannschaft era difícil creer lo que habían visto, tras constatar que su selección ganaba 5-0 después de apenas media hora de juego en casa del anfitrión, los pentacampeones mundiales brasileños.
Ni siquiera se había dado el pitazo final del partido y los petardos, bombas de estruendo y fuegos artificiales estallaban en Berlín para desatar la fiesta.
Decenas de miles de hinchas se habían juntado delante de las pantallas gigantes instaladas en la Puerta de Brandenburgo, como suele suceder para cada cita de la Mannschaft en Copa del Mundo desde la edición mundialista de 2006 disputada en suelo germano.
A lo largo y ancho del país la fiesta se desencadenó y continuó hasta la madrugada, con desfiles de autos que hacían sonar sus bocinas y varios brindis de ocasión con muchísima cerveza, la bebida nacional, para celebrar el pase a la final.
Alemania busca su cuarto título mundial, después del último logrado en Italia-1990, frente a Argentina.
El miércoles por la mañana, a la prensa ya se le había acabado la imaginación para describir en sus titulares la victoria histórica en el Mineirao: "Increíble", "Fenomenal", "Surrealista", "Digno de un campeón del mundo"...
- Sin palabras -
"¡Sin palabras!", escribía en su portada el diario Bild, el más popular de Alemania, al tiempo que aupó a Miroslav Klose como "Dios del fútbol" por su récord de 16 tantos en cuatro Copas del Mundo, que le permitió "destronar a uno de los más grandes futbolistas brasileños de todos los tiempos", Ronaldo, como máximo artillero de todos los tiempos en Mundiales.
"Creo que el partido casi merece el calificativo de histórico", destacó la canciller alemana Angela Merkel, que deseó "mucha fuerza y concentración" para la final del domingo, a la que asistirá junto con el presidente del país Joachim Gauck.
"¡Fue una locura! ¿Quién hubiera previsto algo así?, reaccionó el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit, estimando que los alemanes tenían "todo para convertirse en campeones del mundo".
"Probablemente hemos asistido a un acontecimiento del siglo (...) Todavía no lo puedo creer", comentaba el exinternacional germano Olaf Thon, campeón del mundo en 1990, en la radio pública Deutschlandfunk.
Los alemanes esperaban el partido con mucha ilusión: 32,57 millones de telespectadores siguieron el encuentro en la cadena pública ZDF, convirtiéndose en el acontecimiento más observado en la televisión alemana de todos los tiempos.
La marca anterior databa de la semifinal del Mundial-2010 en Sudáfrica, donde la Mannschaft cayó frente a España (1-0).
El miércoles a la mañana, ZDF volvió a emitir el partido calificado ya como "histórico", por si algún despistado se lo había perdido.
"Con una victoria 7-1, Alemania fue el mejor equipo en semifinales", reconoció con sobriedad el presidente del Comité Olímpico Internacional, el alemán Thomas Bach. Pero también advirtió: "En la final, se arranca 0-0. El equipo puede tener confianza, pero no debe ser complaciente".