Catar, organizador de la conferencia de la ONU sobre el clima, anunció un acuerdo sobre la lucha contra el cambio climático, en particular sobre el acto II del Protocolo de Kioto, pero Rusia denunció lo que consideró un procedimiento forzado.
"Es algo sin precedentes", denunció el delegado ruso después de que el presidente de la conferencia de la ONU, el viceprimer ministro catarí Abdalá al Attiya, anunciara como adoptados, a toda velocidad, una serie de textos.
Después de que las negociaciones se prolongaran más allá de lo previsto y con un día de retraso con respecto al calendario, Abdalá al Attiya subió a la tribuna y adoptó, en ráfagas, la serie de textos en discusión desde el 26 de noviembre.
La delegación de Estados Unidos también afirmó "no aceptar" algunos puntos de los textos que el presidente de la conferencia consideró como adoptados.
El acto II del Protocolo de Kioto compromete a la Unión Europea, a Australia y a una decena de países industrializados a reducir sus emisiones de gas con efecto de invernadero (GES) antes de 2020.
Este capítulo, cuyo alcance será esencialmente simbólico ya que los países comprometidos sólo representan el 15% de las emisiones de GES en el mundo, es la pieza clave del acuerdo negociado por más de 190 países en la capital de Catar.
Catar, que hospeda las negociaciones de la ONU sobre la lucha contra el cambio climático, había propuesto el sábado por la mañana un texto de compromiso para tratar de evitar un fracaso.
Las delegaciones tenían una hora y media, es decir hasta las 07H00 GMT para leer los documentos y hacer propuestas.
Los delegados llevaron a cabo consultas toda la noche para intentar desbloquear, en vano, algunos temas muy delicados, entre ellos el de la ayuda financiera reclamada por los países del Sur para hacer frente a los efectos del calentamiento global.
Los países del Sur habían pedido 60.000 millones de dólares de aquí a 2015 para hacer la transición entre la ayuda de emergencia de 30.000 millones de dólares, acordados para el período 2010-2012, y la promesa de 100.000 millones por año de aquí a 2020. Los principales países donantes se habían negado a comprometerse a entregar semejante suma.
La conferencia de Doha tenía por objetivo dar nacimiento a partir del 1 de enero de 2013 al segundo periodo del protocolo de Kioto, única herramienta que compromete a los países industrializados a reducir los gases de efecto invernadero.
Su alcance es en realidad simbólico, ya que los compromisos, principalmente los de la UE y Australia, tras el desistimiento de Japón, Rusia y Canadá, representan apenas el 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, los países en desarrollo insisten en mantener vivo este instrumento legal, que obliga a los países del Norte a actuar, en nombre de "su responsabilidad histórica" en el cambio climático.
Estas últimas semanas, los informes y estudios dieron la alarma sobre la realidad del cambio climático y el hecho que los esfuerzos realizados están lejos de poder frenarlos ya que revertirlos parece difícil.
La temperatura global del planeta subirá de 3°C a 5°C y no 2°C, el umbral más allá del cual el sistema climático se haría incontrolable.
Desde 1995, la comunidad internacional se reúne cada año en complejas y difíciles negociaciones dirigidas por la ONU para intentar aumentar y distribuir equitativamente las reducciones de GEI.
La próxima gran cita es la de 2015 en París para lograr un acuerdo "universal" sobre las reducciones de GEI que implique a todos los países, incluidos a los dos grandes contaminantes del planeta, China y Estados Unidos, con medidas que deberían entrar en vigor en 2020.
AFP