Los dueños de la cantera La Cabaña, ubicada en la calle 210 con Carrera Séptima, donde la montaña está herida o sin vegetación, no cumplieron con el plan de recuperación y rehabilitación ambiental que había ordenado la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR). Por el contrario, generaron afectaciones adicionales al ambiente en este sector de la reserva forestal de los Cerros Orientales.
Ante el reiterado daño ambiental que se causa, la alcaldesa local de Usaquén, Julieta Naranjo, informó que se cumplió la orden de sellamiento de la cantera La Cabaña debido a que los propietarios continuaron socavando la pendiente estructural de la montaña sin tener en cuenta las recomendaciones de la autoridad ambiental.
El operativo, que contó con el apoyo de la I Estación de Policía, se hizo efectivo a través del grupo jurídico de la Alcaldía y el acompañamiento de un profesional de la coordinación administrativa de apoyo en ambiente.
La alcaldesa Naranjo indicó que esa cantera, de cerca de dos hectáreas de extensión y que opera desde hace más de 10 años, debía cumplir un Plan de Manejo y Rehabilitación Ambiental, según Resolución 17 de 2001 de la CAR, pero los funcionarios que realizaron la diligencia encontraron una serie de irregularidades que obligaron a que se tomara la medida, en beneficio del medio ambiente y de todos los ciudadanos.
La magnitud del daño ambiental se aprecia a lo largo de la Autopista norte cuando se ve que en medio de los cerros verdes, aparece una gran mancha amarilla como si la montaña se hubiese derrumbado por una gran explosión. La acción de las retroexcavadoras y los rastrillos ha continuado con la depredación de esta zona de reserva forestal al punto que los expertos en el tema ambiental de la Alcaldía de Usaquén temen que muchas especies endémicas y nativas de la zona sean irrecuperables.
Además, los cerros nororientales hacen parte del sistema de sustentación hídrica del humedal de Torca -Guaymaral, que surten de agua estos ecosistemas, vitales para las plantas, animales y para la producción de oxígeno para la localidad de Usaquén.
La Alcaldesa Naranjo, dijo que estos operativos de sellamiento y control, no solo hacen parte del cumplimiento de la ley y la Constitución, sino que también obedecen a una política contundente de protección del medio ambiente. Precisamente, la ciudad de Bogotá fue reconocida con el premio de liderazgo y cambio climático, por las acciones para mitigar los efectos del cambio climático y una de las estrategias involucradas incluye la protección de los espacios del agua, tema que cada día preocupa más y más a la comunidad nacional e internacional.