Alcalde Petro | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Enero de 2012

La posesión del alcalde de Bogotá Gustavo Petro exigió al Distrito un desembolso de $500.000.000. La elaboración y el envío de 2.500 invitaciones a otros tantos amigos suyos costaron $240.000.000. Petro, implacable enemigo de quienes políticamente le desagradan, ¿qué habría dicho ya por periódicos y noticieros si esos gastos hubieran sido cometidos para posicionar a un liberal o a un conservador? En el pasado hubo alcaldes tan austeros, como el finado economista tolimense Alfonso Palacios Rudas, quien no toleró que, con fondos del Distrito, se pagasen el café y el azúcar ofrecidos a amigos suyos que querían observar cuando se sentaba en el sillón de alcalde. El gasto se hizo por cuenta de él.

Anuncios de gobierno
Entre los bogotanos que no han salido de la ciudad y ordinariamente se suelen comentar los hechos locales, ha sido curiosa la insistencia con que repiten que solo uno de los 63 anuncios de gobierno expresados en su discurso de posesión por el alcalde Gustavo Petro, mereció aplauso general. Es el relativo a su decisión de imponer que por calles, plazas y parques se camine sin armas. Este veto rige en la ciudad desde el segundo decenio del siglo XX. Las autoridades civiles dejan que solo las militares decidan cuándo y por cuántos días se camina sin armas. La previsión es de origen legal. El Estado colombiano acepta que los militares son los funcionarios más autorizados para resolver sobre el porte de armas.

Reforma: “vicios increíbles”
Los bogotanos se habituaron a emplear el término “increíble” para referirse a todo lo que hiere su sensibilidad religiosa, familiar o social. Para ellos fueron “increíbles” los millones de botellas de licor adulterado decomisados por la Policía entre el 21 y el 31 de diciembre pasados. Les parecieron “increíbles” las miles de riñas conocidas durante el mismo lapso. Y también no le quitaron el término “increíbles” a 860 toneladas de pólvora capturadas por la Policía en los últimos doce días de 2011 y los dos primeros de 2012.