Alargan tortuosa espera. Con la renuncia aceptada el martes 19 de marzo al magistrado Mauricio Torres queda desmantelada temporalmente la Sección Quinta del Consejo de Estado, que se entiende con los asuntos electorales y tiene a su estudio el caso del gobernador de Caldas, Guido Echeverri Piedrahita.
Dicha célula debería tener cuatro integrantes, pero acusa una vacante, la de la consejera Noemí Hernández, que en abril próximo cumplirá dos años absolutamente acéfala.
Ahora, con esta nueva vacante, (la del magistrado Torres), la sala no podrá sesionar, pues solo le quedan, por ahora, dos consejeros: Alberto Yepes (ponente del caso de Echeverri) y Susana Montes.
Aparentemente, a corto plazo no habrá fallo en el caso del mandatario caldense por no tener quórum decisorio. Tampoco habrá decisión sobre el secretario del Senado, Gregorio Eljach.
Las cuatro puertas de Santos. No nos vamos a referir, hoy, al inquilino de la Casa de Nariño, que aspira a quedarse hasta el 7 de agosto de 2018 en el primer inmueble de la Nación, sino al cantante portorriqueño Daniel Santos, el llamado ”Inquieto Anacobero”.
En las amenas tertulias que sosteníamos con el finado senador y jefe liberal caldense Víctor Renán Barco López, acompañadas de ricos piononos aguadeños, bizcochuelos filadelfeños, corchos neiranos, macana salamineña y colaciones de Supía, el congresista nacido en la tierra de la iraca y afincado hasta el fin de sus días en La Dorada, soltó esta lapidaria sentencia a raíz de los dolorosos episodios padecidos a bordo de su inexpugnable Liberalismo Popular: "Aquí -como en el viejo bolero antillano El juego de la vida- lo único que tenemos seguro, con sus puertas abiertas, son el hospital, la iglesia, la cárcel y el cementerio”. El último fue el destino del fogoso parlamentario.
Alérgico al matrimonio. El senador Barco fue enemigo personal de la casamentera epístola de San Pablo. Tampoco quiso hacerlo por lo civil. Cuando le ponían el tema, solía responder que “estaba vacunado contra la peste boba”. Una vez, en el viejo café “Osiris”, de Manizales, alguien le preguntó por qué no se había casado todavía. Y el consumado tributarista le respondió: “La razón es muy sencilla: la mujer que se case conmigo tiene que estar loca y yo con una loca, no me caso”.
La historia vuelve a repetirse. Con un ex gerente de la licorera demostrando que todo está muy "Fehó", un ex alcalde de Manizales en el estado "Llano" de la justicia, para rematar el dirigente de La Dorada, Jorge Laverde, fue declarado insubsistente como Procurador Judicial en el departamento de Risaralda. Laverde tiene todo listo para entrar a la Asamblea de Caldas en reemplazo del diputado Serna, a quien le concedieron una licencia por varios meses. Las gentes del otrora departamento modelo se preguntan si no estará muy verde, el doctor Jorge, para entrar a la duma caldense cuando pende sobre su humanidad la ominosa espada de Damocles de su destitución? ¿Será que también está en El juego de la vida de “El jefe” Daniel?