Desde esta columna, alabamos y agradecemos al señor ministro de Salud, Alejandro Gaviria, quien definió ya unos claros protocolos para el manejo de niños con cáncer, idea que aplaudimos y que nos llena de confianza. Recordemos que desde aquí alertamos al país por el inminente cierre del Hospital Federico Lleras en Ibagué; desde La Hora de la Verdad, el Ángel de la Guarda de los niños; Luis Guillermo Ángel, el promotor de Sanar, hizo lo propio en un reportaje concedido al exministro Fernando Londoño; pero el viernes, desde La Luciérnaga, sale a flote una escalofriante denuncia, a los oídos de Peláez, Gardeazábal, Morales y hasta del hermano del ministro y es esta:
No estaban desabastecidos. “Hola Gustavo. Te reitero mis agradecimientos por tu gestión. Te comento que hoy a las 9:45 p.m. llegó un mensajero a casa de mi madre en Tuluá a llevar la morfina. Muchas Gracias. Que Dios y la virgen María Auxiliadora te lo paguen. Me parece el colmo lo que esa empresa ha hecho... y para muestra un botón... no fue sino que tu hablaras y ahí sí tenían la morfina... no estaban desabastecidos…”.
La denuncia. El 14 de febrero de 2014, 16:37,
Carlos Alberto Saavedra Macía ‘casaavedrama@gmail.com’ escribió:
“Apreciado Gustavo. Como seguramente debes de estar enterado, desde el mes de septiembre, en chequeos médicos que se le ordenaron a mi mamá (Alicia Macía de Saavedra, c.c. No. 28.005.539), por algunas dolencias físicas, le fue diagnosticado un cáncer en el pulmón derecho, con metástasis en los huesos, especialmente en la región lumbar y en la región cervical”.
¿La mafia de la salud?“Mi mamá es beneficiaria de una pensión que le quedó de mi papá (antes ICSS hoy Nueva EPS) y por ello se ha practicado su tratamiento en la Valle del Lili. Desde noviembre su tratamiento es a base de morfina oral. Es decir, los médicos pretenden darle una buena calidad de vida en el tiempo que le resta de vida. En diciembre pasado tuvimos problemas con la entrega de este medicamento por parte de Audifarma S. A., que es la empresa operadora que tiene el contrato para el suministro de medicamentos con la Nueva EPS. Se nos informó en la oficina que hay en Tuluá que había desabastecimiento a nivel nacional del producto. Si no fuera porque en el mercado negro logramos conseguir varios frascos, mi mamá habría pasado unos días difíciles sin poder contar con el medicamento que le logra mitigar los fuertes dolores”.
Mercado negro. “Quiero poner en tu conocimiento este hecho porque me parece el colmo que una entidad que se supone ha sido contratada para suministrar los medicamentos a los afiliados de la Nueva EPS argumente que el mercado de morfina está desabastecido, cuando en el mercado negro se consigue (un frasco a precio normal no vale más de $ 8.000 y en el mercado negro te arrancan de $ 50.000 para arriba). Gracias a Dios nosotros podemos contar con los recursos para adquirir la morfina, pero yo me pregunto... ¿y la pobre gente de escasos recursos, cómo hace? ¿Sus familiares y amigos cercanos se ven obligados a soportar estoicamente los dolores del cáncer? ¿Y dónde está la tan cacareada política de suministro oportuno de medicamentos de que habla el Minsalud?”.
No hay morfina. “Ahora nuevamente están con el mismo problema. Solo en una ocasión nos despacharon la fórmula (en el mes de enero) y ahora en febrero no hay morfina. La misma disculpa: el mercado está desabastecido. Son tan descarados que hoy en la mañana, en la oficina de Audifarma en Tuluá, le entregaron a mi hermana una carta explicativa del problema, ¡de fecha julio de 2013! ¡Por Dios! La carta, que te la remito el domingo vía correo o te dejo una copia de la carta en tu casa, la entregan para explicar el problema y demostrar que la escasez de morfina es a nivel nacional”.
El gran negocio. “¿No será, Gustavo, que detrás de esta situación hay un gran negocio, del cual se están lucrando, aprovechándose de la angustia de la familia del paciente, que como sea saca de donde no tiene recursos para conseguir morfina y poderla suministrar a su familiar enfermo? Te dejo esta denuncia para que, con tus fuentes, si lo estimas conveniente, averigües. Te debo la carta. Te la hago llegar. Va un abrazo”. CAS
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