Equipos de socorro intentaban remover toneladas de tierra y piedra con sus manos este jueves en una mina en el sur de Honduras donde 11 trabajadores quedaron atrapados por un derrumbe ocurrido la víspera, mientras los angustiosos gritos de los obreros son la prueba de que continúan con vida.
En medio de la desesperación por llegar hasta los obreros, un fuerte aguacero en la zona sureña obligó a interrumpir la operación de rescate, cuando los socorristas se preparaban para llevar iluminación eléctrica al túnel.
Jaime Silva, jefe del equipo de bomberos a cargo del rescate, dijo que para llegar al sitio del derrumbe ocurrido el miércoles en la Mina San Juan, en el departamento sureño de Cholulteca, los socorristas bajan 15 metros por un túnel vertical, y luego caminan unos 100 metros hasta llegar al sitio del derrumbe, donde se identificó la presencia de tres de los trabajadores.
El paradero de los otros ocho aún se desconoce, según Silva, quien dijo a AFP que esperaban rescatar este mismo jueves a los tres mineros localizados.
Unas 400 personas entre rescatistas, militares, familiares de los mineros y curiosos, se aglomeraron alrededor del sitio, donde se encuentran varias bocas de minas de oro cubiertas con toldos azules, en medio de un sol pesado y nubes que amenazan con lluvia.
- Rescate con las manos -
Silva explicó que los socorristas, que ingresan a la mina de seis en seis, tienen que escarbar entre las piedras y la tierra a mano porque las paredes flojas de los túneles no permiten el uso de maquinaria.
Introdujeron una manguera para darles oxígeno a tres mineros localizados y obtener información de los otros ocho, que se dispersaron después del derrumbe, dijo el jefe de la operación.
Agregó que los rescatistas han podido comunicarse con los trabajadores por los gritos que hacen al otro lado de los tres metros de piedra y tierra que dejó el derrumbe.
El dueño de la Mina San Juan, Virgilio Gúnera, dijo que envió una cuadrilla a la parte trasera del cerro al pie de la mina, donde él cree que podrían estar atrapados los ocho mineros no ubicados.
"Mi Diosito santo me va a entregar a mis trabajadores sanos y salvos para que se reintegren a sus familias", comentó esperanzado Gúnera.
- Honduras pide refuerzos -
La mina se encuentra al pie de un acantilado rocoso de unos 30 metros de altura, en una región montañosa en el municipio de El Corpus, una zona pobre donde la minería emplea unas 5.000 personas y es la principal fuente de ingresos, luego de que una plaga del hongo de la roya acabó en los últimos años con el cultivo de café.
Jaimy Anduray, prima de Florentino Anduray, de 25 años, uno de los ocho mineros desaparecidos, se mostró angustiada por la situación de su familiar, pero confiada en que sabrá encontrar la salida.
"Tenemos muchas esperanzas (en el rescate) porque ellos conocen bien la zona y todos los túneles, ellos tienen muchos años trabajando en las minas", dijo Anduray a AFP.
La tarde de este jueves, el presidente Juan Orlando Hernández llegó al lugar del percance para dar apoyo a las familias y los rescatistas, y anunció que pidió apoyo a México, El Salvador y Guatemala para que envíen expertos a apoyar las tareas.
"En este momento concentrémonos en salvar vidas", declaró Hernández frente a la mina.
En la Mina de San Juan trabajan diariamente entre 20 y 40 personas que reciben unos 10 dólares por día como salario.