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La 'rebelión' del liberalismo por el remezón en el gabinete y la terna para la Fiscalía, que llevó a ese partido a advertir que se salía de la coalición de Unidad Nacional, tuvo ayer una primera consecuencia política.
En el Congreso se escucharon voces en torno a que si en las toldas rojas daban por rota la Unidad Nacional, entonces quedaban sin piso los acuerdos que se lograron en julio de 2014 para la rotación de las mesas directivas de Senado y Cámara entre La U, liberales, Cambio Radical y los conservadores.
Los acuerdos sobre esa rotación daban cuenta de que el primer turno en la presidencia del Senado era para La U, que lo ejerció con David Name. El segundo fue para los liberales, que se cumple actualmente con Luis Fernando Velasco. El tercer turno –a partir del 20 de julio próximo- debería ser para La U y el último para los conservadores, en julio de 2017.
Ahora no sólo estarían en peligro esos dos turnos restantes, sino que incluso en el llamado “partido de gobierno”, en donde se creía que había un pacto para que la presidencia del Senado la ejerciera Mauricio Lizcano o Bernardo Elías Vidal, también asomó ayer un conato de división.
El senador Armando Benedetti indicó no solo que un sector del partido desconocía la vocería y presidencia de Roy Barreras (quien firmó los acuerdos de rotación en la Unidad Nacional), sino que -agregó- “ya reventada la Unidad Nacional, no nos vemos obligados a cumplir con los acuerdos de mesa directiva del Congreso”.
Pero el senador fue más allá, pues dijo que ese sector que desconoce a Barreras (que renunció a la presidencia para concentrarse en su labor de “acompañante” de la mesa de negociación en La Habana) “de forma autónoma, tomará decisiones para elegir candidato a Presidencia de la República para 2018”.
De igual manera, varios medios hicieron eco ayer de las declaraciones del senador de Cambio Radical, Carlos Fernando Galán, según las cuales esa colectividad ya no se sentía comprometida con los liberales para cumplir los pactos a que se había llegado al interior de la coalición.
Para el partido fundado por el vicepresidente Germán Vargas Lleras, si los liberales ya no hacen parte de la coalición, como lo ha reiterado en la última semana el senador y vocero de la colectividad roja, Horacio Serpa, entonces los acuerdos quedan sin piso.
Entre esos acuerdos están no solo los referentes a la rotación partidista en las presidencias, vicepresidencias y demás mesas directivas del Senado y la Cámara, sino también de las 14 comisiones permanentes de ambas corporaciones legislativas.
En la Cámara, como se sabe, empezó el liberal Fabio Amín y le siguió Alfredo Deluque, de La U, que termina el 20 de junio próximo. Se supone que la legislatura 2016-2017 sería para el liberal Edgar Gómez y el último turno para La U, otra vez.
De confirmarse la ruptura de los acuerdos en la Unidad Nacional (la coalición mayoritaria), entonces partidos como el Centro Democrático, Opción Ciudadana, el Polo o los verdes podrán buscar alianzas para hacerse a una de las presidencias o vicepresidencias de las cámaras.
Lo que viene
Lo cierto es que la cuenta regresiva para dar por terminada la coalición de Unidad Nacional se está acelerando esta semana, incluso más rápido de lo que el propio liberalismo pensaba, pues la idea de sus directivas era oficializar dicha salida en el marco del congreso ideológico y programático a realizarse en las próximas semanas.
En el entretanto, es claro que desde Cambio Radical y La U hay voces que consideran que es muy tempranero para romper la coalición e incluso han pedido contemplar la posibilidad de invitar a los conservadores para crear una nueva alianza, al menos por el lapso que le falta a este año.
“… La campaña presidencial arrancará a comienzos de 2017, cuando renuncie el Vicepresidente y empiece a preparar su campaña presidencial… Para eso faltan varios meses, por lo que es necesario todavía mantener una coalición política y parlamentaria de apoyo al Gobierno”, dijo ayer un congresista de la Unidad Nacional, que pidió mantener en reserva su nombre.
Sin embargo, ayer el propio presidente Juan Manuel Santos, en declaraciones a Caracol radio, indicó que la coalición de Unidad Nacional poco a poco daría paso a una coalición por la paz.
Lo cierto es que para el Gobierno la salida de los liberales no se considera tan crítica, porque Serpa y compañía han dicho que siguen apoyando de forma irrestricta el proceso de paz.
También han dicho los congresistas liberales que su salida de la coalición no significa que tengan que entregar los cargos ministeriales y en otras entidades públicas. Incluso han señalado que se les debe dar un trato similar al de los conservadores, que si bien no hacen parte de la Unidad Nacional, sí colaboran con el Gobierno y por ello tienen representación en el gabinete y otros altos cargos.
Habrá que esperar si la Casa de Nariño tercia en esta crisis en la Unidad Nacional, pues es claro que si se rompen los acuerdos de rotación de las mesas directivas del Congreso, los partidos afectados le pondrán trabas a la agenda legislativa gubernamental.
Por lo pronto se sabe que mañana La U se reunirá con Santos y analizarán el nuevo escenario político.