La responsabilidad de los ataques con armas químicas en Siria, tras la publicación del informe final de los inspectores de Naciones Unidas que estuvieron en ese país, desató un duro enfrentamiento de Rusia con las potencias occidentales.
En el inicio del debate, el embajador ruso ante la ONU, Vitali Tchourkine, afirmó que el ataque del 21 de agosto cerca de Damasco podría haber sido cometido por la oposición para provocar una intervención de Estados Unidos en Siria.
"Una provocación a gran escala fue orquestada el 21 de agosto", declaró, acusando a Washington de haber intentando "manipular la opinión pública". Según él, el hecho de que el informe mencione a soldados sirios entre las víctimas de un probable ataque químico en Jan al Asal (cerca de Alepo, norte) tiende a "probar que no es el gobierno sirio el que ha utilizado las armas".
Según diplomáticos, la embajadora de Estados Unidos ante el organismo, Samantha Power, negó enérgicamente los argumentos de su par ruso, repitiendo que Washington había "concluido que la oposición no había utilizado armas químicas". Power atribuyó el incidente de Jan al Asal a una posible falsa maniobra de la armada siria que habría disparado armas químicas contra sus propias tropas.
También de acuerdo a los diplomáticos, el embajador británico Mark Lyall acusó a Moscú de querer crear confusión, en tanto la participación de Damasco en la masacre del 21 de agosto es "evidente".
El informe final de los inspectores de la ONU, publicado el jueves, concluye que en Siria hubo un uso probable o certero de armas químicas en cinco instancias durante el conflicto. Sin embargo, no designa a los responsables, punto que no estaba contenido en el mandato.
La misma organización hizo un llamado a recaudar la cifra récord de 6.500 millones de dólares para asistir en 2014 a las víctimas del conflicto sirio, muchas de las cuales se han quedado sin hogar.
"En marzo de 2012, un millón de personas necesitaban asistencia en Siria, unos meses después esta cifra pasó a 6,5 millones y ahora es de 9,3 millones", declaró ante la prensa Valerie Amos, jefa de operaciones humanitarias de la ONU.
Para brindar asistencia a las víctimas de la guerra civil siria, las agencias de la ONU pidieron el lunes a la comunidad internacional 6.500 millones de dólares para el próximo año.
Se trata, según la coordinadora general de Asuntos Humanitarios del organismo, Valerie Amos, de la solicitud de dinero más grande de la historia de la ONU para una crisis particular.
El pedido para Siria representa la mitad del total del plan de financiación de 12.900 millones de dólares con el que la ONU busca ayudar a 52 millones de personas en 17 países.
"Esta es la cifra más grande que hayamos pedido nunca al inicio del año", agregó Amos, refiriéndose al pedido mundial.
Siria es el país que más necesita ayuda humanitaria, seguido por Yemen, Afganistán, Sudán y la República Centroafricana.
El programa de ONU prevé ayudar a 9,3 millones de personas en Siria el próximo año y a 6,8 millones en el extranjero.
Entre estos 6,8 millones de personas, 4,1 millones son refugiados sirios que viven en campamentos y 2,7 millones son comunidades afectadas por la crisis siria, según previsiones de la ONU.
Toda Siria sufre los enfrentamientos y los bombardeos entre ejército y rebeldes, que han dejado más de 126.000 muertos en 18 meses. En las últimas semanas, el ejército parece haber tomado ventaja al hacerse con el control de varios bastiones rebeldes en las provincias de Alepo y Damasco.
En este contexto, la ONU alertó desde Ginebra que el número de refugiados sirios podría duplicarse para finales de 2014, y alcanzar los 4,1 millones de desplazados en Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto, frente a los 2,1 millones de sirios que han huido hasta ahora./AFP