Una segunda ronda del diálogo cuatripartito para reactivar el proceso de paz entre el gobierno de Kabul y los talibanes comenzó este lunes en el capital afgana, en momentos en que los insurgentes multiplican atentados y ofensivas militares.
Representantes chinos, estadounidenses, paquistaníes y afganos se reunieron en el palacio presidencial en Kabul, una semana después de un primer encuentro en Pakistán.
"El pueblo afgano no aceptará que un proceso de paz se extienda sin dar ningún resultado", declaró al inicio de la reunión el ministro afgano de Relaciones Exteriores Salahuddin Rabbani.
"En nombre del pueblo y del gobierno afganos, exhorto a todos los grupos talibanes a aceptar nuestro mensaje pacífico y a ocupar un lugar en la mesa de negociaciones para que podamos resolver nuestras diferencias", agregó el ministro.
Pero ningún representante de los talibanes estará presente, y se ignora cuándo estarán dispuestos a retomar las negociaciones, interrumpidas desde el verano boreal pasado, cuando se anunció la muerte del mulá Omar, fundador del movimiento talibán.
La semana pasada, Afganistán había afirmado que Pakistán iba a entregar la lista de talibanes dispuestos a negociar, cosa que al final no sucedió.
A ello se añade la desconfianza recíproca entre Afganistán y Pakistán, que corre el riesgo de frenar ese diálogo.
Pakistán fue uno de los tres únicos países que reconocieron al régimen de los talibanes entre 1996 y 2001, y Kabul acusa a su vecino de apoyar a los insurgentes proporcionándoles santuarios.
Las primeras negociaciones directas entre el gobierno afgano y los talibanes tuvieron lugar en julio pasado, pero fueron interrumpidas debido al anuncio de la muerte del mulá Omar.
La sucesión de Omar dio lugar a una lucha por el poder, de la cual salió airoso, por el momento, el mulá Ajtar Mansur.
Una fracción, dirigida por el mulá Mohammed Rassul se fue del movimiento el año pasado y en diciembre, Mansur resultó herido en Pakistán en un tiroteo entre tendencias rivales.
Al mismo tiempo que los esfuerzos para reactivar el proceso de paz entre Kabul y los insurgentes, se produce una multiplicación de atentados en Afganistán y una creciente presión militar de los talibanes, que invadieron en septiembre durante tres días la ciudad de Kunduz (norte).
Según los observadores, la intensificación de los combates obedece a la voluntad de los talibanes de ganar terreno antes de las negociaciones, para llegar a ellas en posición de fuerza.