Afganistán llora a víctimas del peor atentado desde 2011 | El Nuevo Siglo
Lunes, 24 de Noviembre de 2014

Las familias de las víctimas del atentado más mortífero ocurrido en Afganistán en los último 3 años, perpetrado el domingo durante un partido de voleibol, lloraban este lunes a sus allegados, mientras los heridos son tratados en Kabul.

 

Al menos 57 personas murieron y otras 60 resultaron heridas en el atentado suicida, en el que un kamikaze se hizo explotar en medio de los espectadores de un partido en la provincia de Paktika, cerca de la frontera con Pakistán.

La región es el bastión de la red Haqqani, rama de los talibanes afganos que por el momento se niega a negociar con Kabul.

Aunque de momento nadie lo ha reivindicado, según los servicios secretos afganos, este grupo islamista dirigido por Yalaludin Haqqani, se encuentra detrás del ataque.

"Tenemos pruebas de que se trata de la red Haqqani", declaró a la AFP Hasseb Sediqi, portavoz de los servicios de inteligencia afganos.

 

El kamikaze, vestido con largo chal, el tradicional "patu" afgano, llegó en moto al lugar donde se disputaba el partido de voleibol presenciado por cientos de personas, se bajó del vehículo y se hizo estallar, contó Khushal, un joven de 25 años, testigo del atentado.

"El partido estaba por terminar cuando escuché una enorme explosión", dijo a la AFP Salaam Khan, de 19 años, que resultó herido y se encuentra hospitalizado en Kabul.

"Grité auxilio. El cadáver de un oficial del ejército estaba justo a mi lado. Los comandantes y la policía asistían también al partido. Vi a algunos de ellos muertos o heridos", explicó. Un portavoz del ministerio del Interior confirmó la muerte de cuatro policías.

 

 - Fin de la misión -

 

El lunes, el jefe del ejecutivo afgano, Abdullah Abdullah, viajó a Paktika para entrevistarse con responsables locales, aunque por razones de seguridad no visitó el lugar del ataque.

 

Abdulla explicó a la AFP que las autoridades locales habían "pedido un refuerzo de la policía local, clínicas y escuelas".

 

"Les he prometido que trabajaría en esas prioridades", afirmó.  

Este sangriento ataque contra civiles pone de manifiesto la magnitud de la tarea a la que se enfrenta el nuevo presidente, Ashraf Ghani, cuyas fuerzas deberán defender solas el país frente a los talibanes y otro grupos rebeldes a partir de enero. 

El atentado del domingo se produce en un momento en que las tropas de combate de la OTAN se disponen a abandonar el país, dejando la responsabilidad de la seguridad en manos de las fuerzas afganas.

En 2015 solo permanecerá en el país efectivos extranjeros residuales dedicados a la asistencia y a la formación, en el marco de la misión "Apoyo resuelto".

 

La fuerza de la OTAN en Afganistán (ISAF), que contó con más de 140.000 hombres en el momento de mayor presencia, ha reducido sus efectivos al mínimo y en 2015 solo quedarán 12.500 soldados extranjeros, principalmente estadounidenses. 

Este último atentado se producía dos días después de que el New York Times revelara de que el presidente estadounidense, Barack Obama, ha decidido prolongar un año la misión de combate de las tropas de su país en Afganistán. Esta mañana, la Alianza informada de dos de sus soldados muertos en el este del país. 

Con la retirada de las tropas de la OTAN acercándose, los insurgente multiplican sus ataques contra civiles y sobre todo, contra las fuerzas de seguridad afganas para erosionar al poder.

 

Los talibanes culpan al presidente Ghani de permitir el mantenimiento de una fuerza residual de efectivos extranjeros en suelo afgano. El ataque se produjo, de hecho, el mismo día en que la cámara de diputados aprobaba la presencia de ese contingente.