El secretario norteamericano de Estado, John Kerry, llegó la noche del jueves a Afganistán para intentar una mediación en la crisis de la elección presidencial, que amenaza con sumir al país en el caos.
Kerry, que llegó procedente de Pekín y cuyo viaje a Afganistán no se había anunciado, aterrizó a las 00H40 locales (20H10 GMT) en Kabul donde se reunirá con los responsables afganos, incluidos los dos candidatos que se disputan la presidencial, Abdula Abdula y Ashraf Ghani.
El primero acusa al segundo de haberse beneficiado de fraude electoral "a escala industrial" en la segunda vuelta de la elección el pasado 14 de junio.
El persistente desacuerdo entre los dos candidatos hace temer un aumento de la tensión interconfesional, o incluso una espiral de violencia, a pocos meses de la retirada de la OTAN del país.
Abdula se proclamó vencedor de la elección al día siguiente de la publicación de los primeros resultados oficiales que sitúan a Ashraf Ghani ampliamente en cabeza (56,4%). Desde entonces, los dos equipos no tuvieron ninguno contacto directo, según una fuente cercana a uno de los dos candidatos.
En un comunicado, Jeff Rathke, jefe del servicio de prensa del Departamento de Estado, explicó que el jefe de la diplomacia estadounidense se "reunirá con los responsables afganos, incluidos los candidatos a la presidencia Abdula Abdula y Ashraf Ghani, y el presidente Hamid Karzai".
Kerry "abordará la transición política en curso, insistiendo en el mensaje del presidente (Barack Obama) según el cual nos esperamos a un examen completo de todas las acusaciones razonables de fraude y que no aceptaremos ninguna medida anticonstitucional", añadió Rathke.
Washington quiere mantenerse neutral respecto a los candidatos pero desea, precisa el comunicado, "un proceso creíble, transparente y abierto que afirme el compromiso de los afganos con la democracia".
Abdula reclama un examen de las sospechas de fraude mayor al previsto por la comisión electoral. Si bien ha evitado tensar la situación, al no llamar a sus partidos a concentraciones masivas o formar un gobierno paralelo, ha repetido que no aceptará la derrota anunciada.
Desde Pekín, Kerry señaló horas antes de llegar a Afganistán que esperaba que el país encontrara en "los próximos días" la forma de "tomar las riendas de su futuro" en este "momento crítico" de su historia.
En Kabul, los campos Abdula y Ghani han recibido positivamente la llegada del secretario de Estado.
"Kerry viene para resolver la disputa electoral, es una iniciativa positiva", se congratuló el jueves Abdul Ali Mohammadi, un portavoz de Ghani.
"Nos alegramos de todo esfuerzo encaminado a separar las voces honradas de las voces fraudulentas. No pensamos que Estados Unidos deba inmiscuirse en el proceso electoral afgano, pero sí debería ayudar a la transparencia", declaró por su parte la portavoz de Abdula, Lailuma Ahmadi.
Estados Unidos, que ha mandado decenas de millones de dólares de ayuda a Kabul desde la caída de los talibanes en 2001, teme la implosión de un régimen que sostiene a pulso desde hace 13 años y no pierde de vista el ejemplo de Irak.
El objetivo estadounidense es una firma rápida de un tratado bilateral de seguridad (BSA) que prevé el mantenimiento en Afganistán de unos 10.000 soldados estadounidenses, de los 50.000 actuales.